La ciudad italiana de Palermo ha amanecido el jueves con muchas de sus calles arrasadas por el violento aluvión del miércoles, el más cuantioso en más de dos siglos, mientras prosigue la búsqueda de dos desaparecidos en las inundaciones.

Los bomberos informaron de que por el momento no han localizado ningún cadáver en un paso subterráneo completamente anegado, aunque sí varios coches hundidos, si bien proseguirán con la búsqueda de eventuales desaparecidos.

El miércoles, un camionero aseguró que había visto desaparecer en medio de las riadas un coche con dos personas dentro, si bien todavía no se ha recibido ninguna denuncia. La lluvia desatada la tarde del miércoles en las calles de la capital siciliana completamente anegadas y causó cuantiosos daños materiales, que empezaron a cuantificarse con la luz del día.

NADAR PARA SALVARSE

En las calles se agolpan decenas de coches sumergidos en el agua o directamente volcados, así como mobiliario urbano destruido, y muchas personas tuvieron que nadar para salvarse del agua.

El presidente de la región, el conservador Nello Musumeci, transmitió su pésame a las familias de los desaparecidos, aunque la Protección Civil no había confirmado todavía las muertes, y criticó la gestión de las autoridades de la ciudad.

Su alcalde, el progresista Leoluca Orlando, aseguró en un comunicado que la lluvia torrencial había sido completamente imprevisible y la achacó a los efectos del cambio climático.

Los meteorólogos hablan de un aluvión "histórico" y más que raro en este periodo del verano, pues el mes de julio es el más estable desde el punto de vista climático en Sicilia.

En menos de dos horas cayó sobre Palermo más de un metro de agua, el total de la que cae en todo un año, y ya se considera el aluvión "más violento" en más de dos siglos, desde 1790, según el alcalde.