El proceso de desconfinamiento en Francia a partir del 11 de mayo será progresivo y se pondrá en marcha solo si las cifras sobre la evolución de la epidemia de coronavirus lo permiten, advirtió ayer el primer ministro francés, Edouard Philippe, en la Asamblea Nacional durante la presentación del plan para retomar poco a poco la actividad. «Si los indicadores no fueran buenos, no habrá desconfinamiento el 11 de mayo, o reforzaríamos el confinamiento», ha avisado.

La situación mejora, la curva de contagios desciende «lenta pero regularmente» y el país no puede «permanecer confinado eternamente» porque eso provocaría el «hundimiento» de la economía, subrayó el jefe del Ejecutivo para justificar la desescalada. Al mismo tiempo, el temor a un repunte epidémico es real y abandonar el encierro en el que viven 66 millones de franceses desde el 17 de marzo, tiene sus riesgos.

Para minimizarlos, Philippe planteó un calendario por etapas y una división del país en departamentos poco expuestos al virus (verdes), donde las medidas pueden ser más flexibles, y departamentos más afectados (rojos), donde se mantendrán las limitaciones. El periodo que se abre el 11 de mayo y durará hasta el 2 de junio se regirá por tres principios: proteger, diagnosticar y aislar.

ROMPER LA CADENA / La finalidad es romper la cadena de transmisión del coronavirus. Por eso se harán 700.000 test semanales a las personas sintomáticas y se procederá al aislamiento de los casos positivos, bien en su domicilio, bien en hoteles habilitados para ello y siempre de manera voluntaria.

Si todo va bien, a partir del 11 de mayo podrán abrir los mercados y todos los comercios salvo bares y restaurantes, que seguirán cerrados al menos hasta el 2 de junio. En los transportes públicos y en los taxis que no dispongan de pantallas de plexiglás será obligatoria la mascarilla y el Gobierno ha prometido que habrá suficientes para equipar a todos los franceses.

La vida social seguirá limitada, aunque no habrá que llevar encima ningún justificante para salir a la calle. Cines, museos y teatros permanecerán cerrados y los festivales y eventos deportivos programados para más de 100.000 personas estarán prohibidos hasta septiembre. En la vía pública los grupos estarán limitados a un máximo de diez personas.

COLEGIOS / La reapertura de los colegios se hará de manera escalonada. Las guarderías lo harán el 11 de mayo con un máximo de 10 niños y los colegios de educación infantil y primara con un tope de 15 alumnos por aula. El 18 de mayo abrirán los centros de secundaria en los departamentos «verdes» y los liceos profesionales seguirán cerrados al menos hasta el 2 de junio.

Los viajes de más de 100 kilómetros no estarán autorizados salvo imperativo profesional o familiar; Parques y jardines abrirán en los departamentos verdes pero las playas seguirán clausuradas en todo el país. No habrá ceremonias religiosas, aunque los cementerios reabrirán y los funerales se limitarán a un máximo de 20 personas.

El Gobierno francés confirmó que prolongará el estado de emergencia sanitaria probablemente hasta el próximo 23 de julio y ha prometido un debate parlamentario sobre la polémica aplicación móvil que rastrea la cadena de contagios, bautizada StopCovid y denostada por atentar contra las libertades públicas y los derechos ciudadanos.

VIVIR CON EL VIRUS / Philippe le ha dicho a los franceses que tendrán que acostumbrarse a vivir con el virus hasta que haya una vacuna, un tratamiento o se alcance la inmunidad colectiva. Mientras tanto, el Gobierno actuará de manera progresiva adaptando las medidas sanitarias a la realidad del terreno.

Aunque el número de enfermos sigue bajando y los ingresos en las ucis también, todavía hay 28.055 pacientes hospitalizados. El balance de la epidemia dejaba este lunes 23.293 fallecidos desde el 1 de marzo.

El primer ministro francés, Edouard Philippe, compareció ayer en un hemiciclo con tan solo 75 diputados por razones de seguridad sanitaria y ante una oposición soliviantada por la negativa del Gobierno a dejar al conjunto de los diputados estudiar tranquilamente el plan antes de emitir su voto, que iba a tener lugar al término del debate de ayer. La derecha ya había advertido previamente que no votaría a favor porque considera la estrategia ambigua y llena de contradicciones.