Italia, el país europeo más castigado por el coronavirus y el primero en el continente en aplicar una estricta cuarentena, empieza a salir del pozo. Las cifras de muertos y contagios así lo certifican, aunque ayer hubo un ligero repunte y su primer ministro, Guiseppe Conte, informó de que tiene la «previsión razonable» de aplicar a partir del 4 de mayo un plan para rebajar las restricciones.

«Antes del fin de semana confío en comunicarles este paso y explicarles los detalles de este programa articulado. Una previsión razonable es que lo apliquemos a partir del próximo 4 de mayo», avanzó el premier italiano en un mensaje publicado en su cuenta de Facebook. Conte dejó claro que la rebaja de las restricciones debe hacerse con responsabilidad y siguiendo las recomendaciones de los expertos.

Por primera vez desde que se detectó la pandemia en Italia, las estadísticas y los gráficos nacionales disminuyen. Representaban el 4,5% de la población el pasado primero de abril y han descendido al 1,26%. «Estos datos nos reconfortan, pero el virus sigue entre nosotros», advirtió ayer Domenico Arcuri, comisario para la emergencia.

Las cifras facilitadas ayer indicaban un repunte en el número de contagios, 548, y de fallecidos, 534. Las curados eran 2.723. «La imprudencia en este momento puede comprometer los sacrificios hechos hasta hoy», señaló Conte ante el Parlamento.

A pesar de los datos de ayer, la situación en la ciudad de Bérgamo, la más afectada por el coronavirus, es la prueba más clara de que el país está controlando la pandemia. Por primera vez en mes y medio, la sala de urgencias de su hospital Papa Giovanni XXIII estaba vacía. «Hemos salido de la fase aguda, lo intentamos y lo logramos. Finalmente, hemos conseguido que haya más altas que fallecidos», explicó el jefe de la UCI del hospital, Luca Lorini, en declaraciones al diario italiano La Repubblica.

El optimismo -tal vez exagerado, ya que aun mueren entre 400 y 500 personas por día- se nota en las calles, con más transeúntes, las librerías, papelerías y ferreterías abiertas, una ligera mayor presencia de coches privados y una mayor cantidad de personas con mascarillas que, a juzgar por las normas previstas por el Ejecutivo, están destinadas a durar y a aumentar en los próximos meses. La mejoría de las cifras, aunque con altibajos, sucede, como habían ya previsto los distintos modelos matemáticos, cuando faltan doce días para que empiecen las restricciones.

CONTROL MÓVIL / Las medidas abarcarán a todo el territorio, pero con un pequeño margen de maniobra para las autoridades regionales. Con toda probabilidad Lombardía, la región más afectada, deberá ralentizar su desescalada. El plan de Protección Civil tenía previsto que ayer dos regiones, la de Umbria y Basilicata, de las 20 que conforman el Estado, alcancen el contagio cero, mientras que, en el otro extremo, las de Las Marcas y Lombardía está previsto que lo alcancen, respectivamente, el 27 y el 28 de junio.

Las medidas prevén que la llamada fase 2 comporte una reorganización del sistema sanitario. «Habrá covid-hospitales en todo el país», dijo Conte, donde solo ingresarán los nuevos positivos. Se uitlizarán también «cuando los contagios suban más de lo previsto» o se «produzcan nuevos focos en algunas zonas», añadió. Ello permitirá que el resto de hospitales mantenga su capacidad. Para controlar mejor las posibles futuras infecciones, anunció que se usará una app móvil. «Será voluntario, anónimo y el servidor que almacenará los datos pertenecerá a un ente público italiano del ámbito solo sanitario», aclaró.