No todos los inmigrantes que aspiran a llegar a El Dorado europeo desde la frontera entre Bosnia y Croacia se enfrentan al reto con las mismas opciones. Los que cuentan con más recursos, lo que suele significar que tienen algún familiar habitando en Europa, pagan unos 6.000 euros a redes mafiosas para que les conduzcan a la ciudad italiana de Trieste, en un trayecto que combina el cruce de las fronteras caminando por el bosque con el traslado en coche dentro de Croacia y Eslovenia. Un peldaño por debajo, por cantidades que oscilan entre los 1.000 y los 1.500 euros, se les traslada desde el confín croata al correspondiente esloveno, ya sea en un vehículo privado, o en un autocar.

Por último, con 700 euros se puede contratar un guía que conoce el camino más seguro a pie hasta Italia esquivando cámaras y agentes. Es una durísima travesía en grupo que puede alargarse una docena de noches durmiendo al raso con temperaturas bajo cero.