En 2019 Arabia Saudí llevó a cabo más ejecuciones de presos que en los cuatro años anteriores, con un total de 185 ejecuciones, según ha denunciado la Organización Europea-Saudí para los Derechos Humanos (ESOHR) en su informe anual sobre la situación en el reino, titulado El cáncer del tirano. Según la oenegé, Arabia Saudí alcanzó en 2019 «un nuevo récord» al aplicar las sentencias a muerte contra 185 personas, frente a las 149 del año anterior y a la cifra más alta registrada hasta el momento: 157 en 2015.

ESOHR alerta además que 47 personas pueder ser condenadas a muerte en el reino, a pesar de que no hay «acusaciones graves» contra ellas. Algunas se enfrentan a cargos como pertenecer al grupo islamista Hermanos Musulmanes, considerado terrorista, o expresar su apoyo a manifestaciones. Al menos 13 de esos 47 acusados eran menores de edad cuando fueron acusados formalmente por las autoridades saudís.

«Arabia Saudí aún no ha cambiado su política respecto a los menores», destaca la organización, según la cual, 23 fueron ejecutados el año pasado o se enfrentan a esta posibilidad este mismo año.

El informe califica 2019 como el «peor año» de las últimas décadas por «la falta de influencia de la sociedad civil» en el reino, que ha experimentado una apertura en las libertades pero aún reprime y persigue a los disidentes.

En los últimos años, cientos de personas han sido condenadas a pena de muerte y de cárcel en el país por estar implicadas en delitos de terrorismo (en abril, por ejemplo, se anunció la ejecución de 37 personas), aunque las organizaciones de derechos humanos han denunciado que no siempre reciben un trato justo y en algunos casos los procesos son masivos y expeditivos.