Como era de esperar, el proceso de destitución contra Donald Trump ha exacerbado las cruces de acusaciones entre los demócratas y los republicanos, pero también ha dado pie a un aparatoso choque de trenes entre la Administración y el Congreso, donde se dirime la investigación contra el presidente. El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha afirmado este martes que su departamento no cooperará con las pesquisas hasta que se aclare el proceso. En una carta dirigida al Comité de Exteriores de la cámara baja, Pompeo asegura que las declaraciones juradas enviadas a cinco de sus diplomáticos para dar su testimonio ante la investigación son "un intento para intimidar, acosar y tratar impropiamente a los distinguidos profesionales del Departamento de Estado".

La respuesta del canciller ilustra las dificultades que enfrentan los demócratas para recabar información y construir cuanto antes el caso contra el presidente, el paso previo para presentar los cargos del impeachment y poner formalmente en marcha el proceso. Pompeo sostiene que las fechas que ha dado el comité a sus funcionarios les impiden prepararse adecuadamente y consultar sus intervenciones con los abogados del ministerio. "No voy a tolerar semejantes tácticas y usaré todos los medios a mi disposición para prevenir y dejar en evidencia cualquier intento de intimidar a nuestros dedicados profesionales", ha dicho el canciller, que se encuentra de viaje por Europa.

Sus palabras representan un desafío en toda regla a los investigadores del Congreso, que la semana pasada advirtieron que cualquier maniobra dilatoria o rechazo a cooperar con la investigación sería interpretado "como una prueba de obstrucción".

LLAMADA POLÉMICA

Pompeo es uno de los personajes de interés en el escándalo de Ucrania que ha puesto al presidente contra las cuerdas. Aquel 25 de julio, estuvo presente en la polémica llamada telefónica que Trump mantuvo con el presidente ucraniano, pero quizás más importante que eso, son las gestiones que algunos de sus diplomáticos realizaron para ayudar a Rudolph Giuliani en su misión de presionar a Kiev para que investigase por corrupción al candidato demócrata Joe Biden y su hijo Hunter, según consta en la denuncia del informante. Giuliani es el abogado personal de Trump.

Los cinco diplomáticos llamados a declarar están estrechamente relacionados con Ucrania. Empezando por Marie Yovanovitch, una respetada diplomática de carrera que fue relevada en mayo como embajadora en Kiev antes de concluyera su mandato, aparentemente por criticar a los funcionarios ucranianos que dieron pábulo a la teoría de que los Biden habrían cometido actos de corrupción en el país eslavo.

También están en la lista el enviado especial a Ucrania, Kurt Volker, y el embajador ante la Unión Europea, Gordon Sondland, ambos señalados por el informante como facilitadores de los contactos entre Giuliani y el Gobierno ucraniano. Volker dimitió la semana pasada tras ser mencionado varias veces en la denuncia anónima.