Ahora que tiene la lupa puesta en su persona, al primer ministro británico, Boris Johnson, le crecen los enanos. Por si el galimatías del brexit no fuera suficiente, el diario británico The Times publicó en la edición del domingo un escándalo que, a día de hoy, todavía no se sabe cómo puede afectar al controvertido premier. Siendo alcalde de Londres, Johnson -siempre según el rotativo londinense- habría favorecido a una empresaria estadounidense del sector de la tecnología en la concesión de ayudas y subvenciones públicas valoradas en 140.000 euros.

Jennifer Arcuri, de 34 años ahora, era modelo y fue tratada siempre con especial mimo en las delegaciones comerciales en el extranjero en las que participaba el alcalde. Incluso, Johnson había sido speaker de eventos de la empresa de Arcuri, Innotech. Con respecto a la participación en delegaciones comerciales, el rotativo informa de que, al menos en dos ocasiones, la empresaria fue rechazada por no cumplir con los requisitos. Aún así, viajó tras la certera mediación del alcalde.

Johson se ha limitado a decir que no piensa comentar nada al respecto. Preguntado en Nueva York, donde se celebra la cumbre del clima, el premier no se salió del guión de mostrar su preocupación por el medio ambiente.Jennifer Arcuri habla de Johnson como un uno de sus «mejores amigos» pero insiste en que nunca recibió trato de favor del político. Lo que sí parece tener confirmado el rotativo británico es que el entonces alcalde visitaba, regularmente, el apartamento de Arcuri, ubicado en el este de Londres. Las fotografías de ambos juntos están aflorando a medida que crece el escándalo. No son noticia, por múltiples, las relaciones amorosas de Johnson pero, hasta ahora, ninguna había traspasado la línea roja entre su faceta pública y la privada.

La oposición se frota las manos. El laborista Alistarir Graham ha dejado claro que Johnson debe contestar preguntas sobre lo que ocurrió con las subvenciones. Como alcalde de Londres, Johnson estaba sujeto al código de conducta de la Greater London Authority (GLA), que obliga a declarar los intereses privados y prohíbe beneficiar a los amigos.