El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer a través de un tuit que ha ordenado al «secretario del Tesoro que incremente sustancialmente las sanciones contra Irán», aunque no ha dado detalles del castigo. Las nuevas sanciones se sumarán a las ya impuestas tras romper Trump unilateralmente el acuerdo nuclear firmado en el 2015 y que fue impulsado por su predecesor, Barack Obama.

La decisión del presidente de EEUU es la primera respuesta al ataque del sábado pasado contra dos refinerías de crudo saudís -una de ellas es la mayor del mundo-, del que tanto Riad como Washington responsabilizan al régimen de Teherán. El bombardeo, con drones y misiles, fue reivindicado por los rebeldes hutís del Yemen, a los que apoya Irán en la guerra civil que se vive en ese país. Desde marzo del 2015, Arabia Saudí lidera una coalición militar árabe que combate a esta milicia chií yemení. Los hutís advirtieron ayer que tienen en el punto de mira, para ser atacados, a docenas de lugares estratégicos de Emiratos Árabes Unidos, uno de los aliados de la monarquía absolutista saudí.

«Los iranís intentan tapar sus propias huellas. Las tecnologías usadas en el ataque indican que es imposible que un ataque así llegase desde Yemen», dijo ayer un portavoz del Ministerio de Defensa saudí en una rueda de prensa. En total, dicen los saudís, fueron 25 proyectiles los que impactaron en los refinarías.

«Estamos trabajando para conocer exactamente el punto de lanzamiento, pero no podemos dar más información sobre esto», explicó el portavoz, que añadió que el ataque «incuestionablemente estaba respaldado por Irán».