Uno de los temas candentes en estas elecciones israelís ha sido la polarización creciente en la sociedad que han denunciado los partidos de la izquierda, quienes señalan que en realidad solamente existe un polo, el de la derecha radical, nacionalista y religiosa, que a partir de hoy podría incidir de manera significativa en el futuro gobierno.

Sin embargo, el profesor Efraim Inbar, del Centro Begin-Sadat de la Universidad Bar-Ilan, un instituto muy conservador que se alinea habitualmente con las políticas del primer ministro Binyamín Netanyahu, discrepa de esos planteamientos y recalca que la sociedad no refleja una gran polarización. Al contrario, la sociedad no es más radical que antes. No ha habido peleas en las carreteras. Hubo tiempos en los que aquí se mataba a la gente por sus ideas políticas. Ahora los israelís somos más moderados, no hay ninguna violencia en la calles, explica Inbar.

Con respecto a los partidos nacionalistas y religiosos, que han concurrido a las urnas, el profesor recuerda que son partidos minoritarios. Es cierto que algunos quieren implantar una teocracia, pero partidos de este tipo siempre los ha habido en Israel. Además, es el Tribunal Supremo que les autoriza a presentarse, comenta sugiriendo que los magistrados del Tribunal Supremo son más liberales que la población del país en general.

GRANDES ERRORES

Esta semana, la encuestadora jefe del Canal 12 de la televisión hebrea advirtió de que los grandes errores de estas empresas en pasadas elecciones, cuyos resultados de los sondeos a pie de urna no coincidieron con los resultados finales, se deben a que no se tuvo en cuenta un hecho significativo, y es que los votantes de primera hora de la mañana suelen ser personas mayores de izquierda, mientras que luego acuden a votar más jóvenes que suelen ser de derechas. Como las encuestas se hacen a primera hora de la mañana, los resultados se distorsionan.

El dato también es importante porque sugiere que las generaciones más jóvenes tienden a la radicalización, una circunstancia a la que el profesor Inbar resta relevancia. No es un fenómeno de ahora, y no creo que los partidos radicales incidan mucho en la política de Netanyahu. La democracia israelí es como la de cualquier otro país; hay mucha gente que dice lo mismo de Estados Unidos y no estoy de acuerdo.

VOTANTES PROGRESISTAS

Ciertamente, muchos votantes progresistas no concuerdan con Inbar. Es el caso de Iftach, un joven que este martes depositó la papeleta del partido laborista en una urna del barrio de Rehavia, en Jerusalén. "Todo se está yendo a la derecha rápidamente y creo que ocurre por dos motivos: por la creciente desigualdad económica y por la parálisis que hay con el problema palestino. Esas dos cosas radicalizan a la gente.

Es un planteamiento común entre los votantes de izquierdas. Algunos de ellos señalan que la llamada Ley Estado-Nación, aprobada por la Kneset (el Parlamento) el verano pasado, es otra indicación en la misma dirección. La polémica ley, criticada por la Unión Europea, establece oficialmente que Israel es un Estado judío, algo que en la práctica siempre ha sido así.