Otro golpe mayúsculo para el Gobierno de la cancillera Angela Merkel. Como ya apuntaban todos los sondeos, los partidos tradicionales alemanes recibieron un duro correctivo en las elecciones legislativas de Hesse de ayer. Según los primeros resultados, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) sufrió un nuevo revés electoral al obtener un 28% de los votos, 10 puntos menos que en el 2013. Aunque estas cifras le permiten seguir siendo el partido más votado, un cargo que ostenta en este land desde 1995, el mensaje de cansancio con Merkel es claro. Ese mismo mensaje de reprobación también explica la enésima debacle de los socialdemócratas (SPD), que también perdieron hasta 10 puntos para caer al 20% de los votos. Teniendo en cuenta que históricamente Hesse había sido uno de sus feudos, el golpe es aún mayor.

La caída de los grandes partidos ha abierto la puerta a los verdes y a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Hesse era el único land en el que los ultraderechistas no tenían aún representación y ayer capturaron un 12% de los votos.