El papa Francisco ha instado a las autoridades birmanas a respetar a cada grupo étnico, sin excluir a nadie, como base para la paz, y ha añadido que las religiones no pueden ser fuente de división. Sin embargo, el Pontífice ha evitado nombrar a los rohingyas, minoría étnica musulmana que está padeciendo una "limpieza" por parte del Gobierno de Rangún.

Ante el presidente birmano, Htin Kyaw, y la Premio Nobel de la Paz y jefa de facto del Gobierno, Aung San Suu Kyi, con quienes antes tuvo un encuentro privado, Francisco aseveró que "el futuro de Birmania debe ser la paz, una paz basada en el respeto de la dignidad y de los derechos de cada miembro de la sociedad, en el respeto por cada grupo étnico y su identidad".

Un mensaje claro del Papa a las autoridades, Ejército y Gobierno, para que respeten a todas las minorías, aunque sin citar expresamente como le han aconsejado desde la Iglesia católica local a los musulmanes , que no son reconocidos como birmanos y son brutalmente perseguidos en el país, lo que ha provocado un éxodo de 620.000 de ellos hacia Bangladés.

Francisco continuó su mensaje pidiendo "respeto por el estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo -sin excluir a nadie- ofrecer su contribución legítima al bien común".

En su alocución en italiano en el Centro de Convenciones en la nueva capital birmana, Francisco aseguró que "en la gran tarea de reconciliación e integración nacional, las comunidades religiosas de Myanmar tienen un papel privilegiado que desempeñar". Y aseguró en un país donde el budismo es casi una religión de Estado que "las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación".