La decisión sobre si Silvio Berlusconi podrá o no presentarse como candidato de los conservadores en las elecciones generales de marzo 2018 la tomarán los jueces del Tribunal Europeo para los Derechos Humanos de Estrasburgo, que este miércoles han celebrado la única vista oral que prevé el recurso presentado por el tres veces jefe del Gobierno italiano. Berlusconi conocerá “por vía reservada” el voto de los 17 miembros de la Corte.

La audiencia ha comenzado poco después de la nueve de la mañana frente a un público de 500 juristas, abogados, políticos e incluso estudiantes de jurisprudencia y ha durado unas tres horas, durante las cuales el Gobierno de Roma y la defensa del político han presentado sus alegatos.

A pesar de tratarse de una sesión única del Tribunal, la sentencia podría hacerse pública dentro de entre seis y nueve meses. O sea demasiado tarde para que Berlusconi pueda presentarse como líder de los conservadores en las elecciones de marzo, aunque el equipo de abogados de la defensa y el mismo Berlusconi confían en que el veredicto llegue antes. “En cualquier caso, haré campaña electoral”, ha comentado Berlusconi.

Expulsión del Senado

El futuro político inmediato de Berlusconi se decide sobe la base de fechas y circunstancias de su expulsión del Senado (2013), que tuvo lugar con un voto secreto y que trajo como consencuencia su no elegibilidad. Tras su despojo del cargo y en consecuencia del título de “Cavaliere”, otorgado por la Presidencia de la República, la defensa recurrió ante todos los grados de la justícia italiana.

El expresidente del Gobierno había sido condenado definitivamente por estafa fiscal en septiembre 2013 y dos meses más tarde fue expulsado del Senado. La condena era de cuatro años de prisión, tres de ellos condonados gracias a un indulto. El año restante lo pasó asistiendo a ancianos en una residencia cercana a Milán.

Por disposición de una ley que entró en vigor en 2012, cuando un político recibe una condena de dos años o superior no puede ser candidato durante los seis años sucesivos, porque la ley prevé efectos retroactivos. En este caso el período terminaría en 2019.

La defensa de Berlusconi ha argumentado que no se puede aplicar la retroactividad visto que los hechos condenados se remontan a 2004, así como tampoco se puede aceptar el voto secreto con el que se le sacó del Senado. Es decir, que en la decisión italiana hubo lo que se conoce como“vicio formal”.

Instancia de rehabilitación

La defensa de Berlusconi se aferra a todas las posibilidades para que pueda presentarse y el político está realizando presiones para que no se vote en marzo, término para las elecciones previsto por la Constitución, sino en mayo. La razón es que, a partir de marzo 2018 la ley permite que un condenado presente una instancia de rehabilitación, que en este caso sería ante los tribunales italianos.

Entorno a la decisión de Estrasburgo adquiere un peso político la circunstancia del mal momento político por el que transcurre la Cancillera alemana, Angela Merkel, cuyo partido forma parte del mismo Partido Popular Europeo (PPE) al que pertenece Forza Italia, fundada por Berlusconi. Por otra parte, los jueces del Tribunal son nombrados por el Consejo de Europa por indicación de los gobiernos y el representante italiano, Guido Raimondi, fue indicado precisamente por el gobierno Berlusconi (2010). El interesado ha decidido que se abstendrá de votar la sentencia y ha sido sustituido por una experta de derecho internacional, Ida Caracciolo.

Ámbito interno

En ámbito interno, sólo Berlusconi puede unir a los electores de los tres partidos en los que actualmente se presentan los conservadores, aunque La Liga Norte y Hermanos de Italia exigen que, antes, se celebre una primarias para elegir al candidato a presidente.

Inmediatamente después de terminarse la vista oral de la mañana, Berlusconi ha escrito en Twiter: “En estas horas estoy sereno y sobretodo tengo confianza. Espero que la Corte de Estrasburgo acepte mi recurso, en cualquier caso mi papel en la próxima campaña electoral es claro: estaré en la arena para llevar al centroderecha al gobierno del país”. El líder progresista Matteo Renzi ha manifestado sus votos para que “Berlusconi pueda ser candidato, porque desearía desafiarle (electoralmente) en Milán, él contra mi”.