Acorralado por la sospecha del empleo ficticio de su mujer, François Fillon se empleó a fondo ayer para salir al paso de la polémica. En un mitin en París, Fillon subrayó que ninguno de los dos tiene nada que esconder. No obstante, un nuevo caso de desvío de fondos podría avivar la tormenta. Según el diario digital ‘Mediapart’ y ‘Le Journal de Dimanche’, Fillon se embolsó, entre el 2005 y el 2007, gracias a un opaco sistema de comisiones, dinero reservado a la remuneración de los asistentes del Senado.