Como era de esperar, la decisión de la Administración de Donald Trump de eliminar la web en castellano de la Casa Blanca no ha sentado bien en el Gobierno español. «Lamentamos que se haya suprimido la versión española. No es una buena idea, sobre todo en un país donde viven 52 millones de personas que hablan español», afirmó ayer el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis.

Y como era de esperar, teniendo en cuenta la envergadura del autor de la ofensa, el Gobierno no piensa ir más allá de esa tibia condena. Así, preguntado sobre si el Ejecutivo español va a realizar alguna iniciativa ante el de EEUU para que esa web se restituya, Dastis dio a entender que no. «La gestión de la web de la Casa Blanca es cosa de la Casa Blanca», zanjó.

Incluso la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se pronunció sobre la medida. En su cuenta de Twitter escribió: «Trump retira el español de la web de la Casa Blanca: un desprecio a la comunidad hispana y un ataque intolerable a la segunda lengua en EEUU».

No fueron los únicos que opinaron sobre la decisión del equipo de Trump. El director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, defendió que «la lengua resiste con sus hablantes situaciones hostiles» como la que entiende supone la decisión estadounidense.

Villanueva explicó a Europa Press que esta supresión es «muy negativa» pese a ser «un gesto esperable si se cumplían los vaticinios» anunciados por el presidente Donald Trump. «En cualquier caso, ha sorprendido la rapidez con que se ha tomado la decisión, que es un paso atrás», dijo.

No obstante, para el académico el español tiene «una fortaleza comprobada estadísticamente» en Estados Unidos y este «intento de ponerle puertas al campo» no bajará el número de hispanohablantes. «La existencia de una web no hacía mas que reconocer un hecho muy importante», indicó, tras apuntar que el amplio uso del español se refleja en la existencia de una cadena como Univisión, la influencia de los Grammy o incluso la presencia de hispanos entre los políticos tanto republicanos como demócratas.

Previamente, Villanueva calificó en una entrevista en la cadena Ser como «negativa, muy significativa y una regresión importante, sin duda alguna» la decisión de la Casa Blanca, pero añadió que «la presencia del español en Estados Unidos es imparable: hay una minoría mayoritaria de más de 50 millones de personas». No obstante, matizó que todas ellas no tienen «el español vivo», por lo que el cálculo final se sitúa en 37 millones.

Esto coloca a EEUU como el segundo país con más hispanohablantes del mundo. Para Villanueva, esta decisión «limita» el acceso de los ciudadanos a que en su lengua le expliquen lo que pasa en su país y supone «una regresión importante» que recuerda un debate en Estados Unidos a finales de los 90 sobre English only.