Al menos dos personas murieron en un bombardeo a un hospital materno infantil respaldado por la oenegé Save the Children en el norte de Siria. El ataque se registró el pasado viernes en la provincia septentrional de Idleb, zona controlada por la milicia rebelde bombardeada por el régimen de Bashar el Asad. Imágenes grabadas por Save the Children dan cuenta del edificio completamente derrumbado. Es el principal centro hospitalario de la zona, que presta atención a 1.300 mujeres y atiende unos 300 partos al mes.

La directora de Save the Children en Siria, Sonia Jush, describió el bombardeo sobre el hospital como «un acto vergonzoso tanto si ha sido intencionado o debido a una falta de cuidado en evitar las aéreas civiles». Varios bebés resultaron heridos al caer al suelo las incubadoras. El hospital más cercano está a 70 kilómetros de distancia.

En la localidad siria de Alepo, decenas de familias de los barrios orientales de la ciudad salieron de la urbe a través por los corredores humanitarios abiertos por las autoridades sirias. También abandonaron la zona cercada de Alepo un número indeterminado de rebeldes armados, que se entregaron a unidades de las Fuerzas Armadas. H