En un intento por frenar las críticas que empezaban a emerger de los países afectados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado este lunes que la epidemia de virus zika que en estos momentos afecta a 24 países, en especial a Brasil y Colombia, es una "emergencia internacional". La decisión, adoptada por el comité de expertos, virólogos, neurólogos y epidemiólogos entre ellos, facilitará el inicio de exhaustivas investigaciones sobre un virus desconocido cuyo contagio, salvo complicaciones, no resulta mortal. Su principal consecuencia epidemiológicamente probada es la microcefalia que causa en los niños cuando sus madres sufren la infección durante el embarazo. La decisión de la OMS rsponde a la inquietud y expectativas creadas desde que la semana pasada la directora general del organismo, Margaret Chan, anunciara la "expansión explosiva" del zika.

A medida que avanza la epidemia queda en evidencia el enorme desconocimiento científico que rodea a este microorganismo infeccioso, un vacío que el Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) intenta reducir estableciendo medidas que promoverán la investigación, tanto en busca de fármacos o una vacuna, como para percisar las consecuencias de un contagio.

La principal repercusión atribuída hasta ahora al zika, la detección de fetos cuyo cráneo -y cerebro- se desarrollan de forma insuficienter, lo que se denomina microcefalia, no ha sido constatada en estudios clínicos rigurosos. Es una deducción epidemiológica, resultado de la suma de niños nacidos con esa afectación cuyas madres sufrieron la picadura del mosquito que transmite el zika mientras estaban embarazadas. Tampoco está demostrado científicamente que el virus incentive la enfermedad autoinmune -causada por el propio sistema inmunitario de quien lo sufre- denominada síndrome Guillain Barré, que evoluciona causando parálisis casi siempre transitorias en diferentes zonas del cuerpo.

UN 80% ASINTOMÁTICOS

Este desconocimiento es la principal preocupación en estos momentos de los expertos de la OMS, que se proponen, en paralelo, incrementar la vigilancia epidemiológica de la actual epidemia -número de casos y su localización- acelerar la obtención de métodos certeros de diagnóstico del zika y el seguimiento de los infectados, para concretar su evolución. El ministro de Sanidad de Brasil, Marcelo Castro, insistió ayer en recordar que "hasta el 80%" de los contagios del zika transcurren de forma asintomática, sin que los afectados perciban ningún malestar, lo que dificulta enormemente su control epidemiológico.

La OMS debe decidir si sugiere restringir los viajes de las mujeres gestantes a las zonas afectadas o si, como han hecho algunos países, recomienda evitar quedar embarazadas. Esta sugerencia resulta casi una utopía en países sin regulación anticonceptiva de ningún tipo y donde mayoritariamente es ilegal el aborto voluntario.

Según la OMS, el virus está ahora presente en 24 países y territorios y en Brasil, donde primero surgieron los casos y el más afectado por la epidemia, ya que se han contabilizado un millón y medio de casos y hay 4.180 bebés nacidos con microcefalia.

A excepción de Brasil, ningún otro de los países afectados en el continente americano ha detectado hasta ahora esa relación, pero ello puede deberse a que las malformaciones sean intrauterinas y no se detecten hasta dentro de unos meses, tras el nacimiento.