La Policía europea está en alerta. "Tenemos todas las razones para pensar que el Estado Islámico (EI), terroristas inspirados en el EI u otros grupos de inspiración religiosa volverán a lanzar ataques en algún lugar de Europa, y particularmente en Francia, con la intención de causar bajas masivas entre la población civil". Es el último aviso, rotundo y preocupante, lanzado por la agencia europea de Policía (Europol) en un nuevo informe sobre el cambio detectado en el modus operandi de los ataques terroristas islamistas. Los expertos admiten que, pese a la amenaza, siguen sin ser capaces de predecir donde golpearán de nuevo.

Según los servicios de inteligencia europeos, el EI habría puesto en marcha comandos de acción exterior entrenados para llevar a cabo operaciones al "estilo de fuerzas especiales" en el extranjero, lo que significa que actualmente podrían "estar siendo preparados y planificados más ataques como los que tuvieron lugar en noviembre en París". Atentados que, perpetrados por células terroristas locales, serían dirigidos contra lo que Europol denomina "blancos fáciles".

LIBERTAD TACTICA Según las informaciones de Europol, los terroristas gozarían de cierta libertad táctica a la hora de seleccionar los objetivos y para adaptar sus planes a las circunstancias locales. Eso no significa, sostiene Europol, que se hayan abandonado otras tácticas y que los lobos solitarios --que atentan por iniciativa propia y sin el paraguas del EI-- hayan dejado de ser una amenaza real. "Sin información de inteligencia fiable sobre sus intenciones, actividades, contactos y viajes de terroristas conocidos es prácticamente imposible predecir cuándo y cómo tendrá lugar el próximo ataque o en qué forma tendrá lugar", alertan en un documento elaborado a raíz de los ataques del 13 de noviembre en París. La amplia gama de objetivos posibles, en combinación con un enfoque oportunista de posibles grupos terroristas locales, abre la puerta a multitud de escenarios posibles más allá de las tradicionales infraestructuras o el transporte.

"Los ataques organizados o inspirados por el Estado Islámico u otros grupos de inspiración religiosa como Al-Qaeda pueden ser tanto sofisticados y bien preparados, como espontáneos y sin ninguna preparación" avisa Europol, que califica de "esencial" un intercambio regular de información.

El análisis arroja nuevos detalles sobre quiénes son, cómo se enrolan y cómo se entrenan los terroristas. Aunque "no hay pruebas concretas" de que utilicen sistemáticamente el flujo de refugiados para entrar de forma desapercibida en Europa, la agencia subraya que "es posible que elementos de la diáspora de refugiados sirios (musulmanes sunís) sean vulnerables a la radicalización". Hay informes que apuntan a que "los centros de refugiados están siendo un objetivo específico para los reclutadores islamistas extremistas". También sostienen que al margen de las instalaciones de entrenamiento en Siria disponen de campos más pequeños en los países de la UE y los Balcanes y que el reclutamiento puede ser muy rápido.

PERFIL "La edad juega su papel. Los jóvenes tienden a ser más impresionables y se radicalizan antes que los candidatos más mayores", señalan, cifrando en un 20% el porcentaje de combatientes diagnosticados con problemas mentales antes de unirse al EI. Un 80% de los reclutados tienen antecedentes penales.

El informe coincide con la inauguración del centro europeo de lucha contra el terrorismo, dentro de la agencia Europol, que nace con la idea de enmendar el escaso intercambio de información entre los 28 estados miembros. "La implicación de Europol en el intercambio de información tras los ataques de París de noviembre e incluso antes revela de nuevo que el intercambio de información en contraterrorismo necesita mejorar", señala con una exquisita diplomacia el documento.

Los servicios secretos de los estados miembros siguen sin compartir toda la información antiterrorista que deberían --hasta se guardan para ellos la mejor información, criticó la semana pasada el comisario europeo de interior-- y el resultado es una brecha que los terroristas aprovechan para colarse y sembrar el terror en Europa.

Se calcula que hay en torno a 5.000 ciudadanos europeos que se han radicalizado y que tienen experiencia en conflictos en Siria e Irak, muchos de los cuáles han regresado al Viejo Continente. El centro europeo antiterrorista estará dirigido por un español, el coronel de la Guardia Civil Manuel Navarrete.