Cuando el rey Salman (79 años), ascendió al trono hace un año tras la muerte del rey Abdulá, un reformista moderado, todo apuntaba a una cierta continuidad en Arabia Saudí. Pero el nuevo monarca no tardó en romper con el pasado y en abrir la puerta a una generación de jóvenes dirigentes que luchan por sacar al país de su letargo.

Solo unas horas después de asumir la Corona, Salman dio la cartera de Defensa a su hijo Mohamed bin Salman, de 30 años. Tres meses después, designó al ministro del Interior, Mohamed bin Nayef, de 56 años, heredero a la Corona, relegando a su hijo a un segundo lugar en la línea sucesoria. Son los tres hombres fuertes del país y, según expertos y diplomáticos, los dos príncipes libran una soterrada lucha por el poder.

Además de la cartera de Defensa, Mohamed bin Salman es segundo viceprimer ministro, consejero especial del rey, jefe del consejo de coordinación económica y desarrollo y presidente del consejo supremo que supervisa la compañía petrolera