Las condiciones de seguridad han cambiado radicalmente en la Unión Europea (UE) en los últimos meses. La proliferación de conflictos armados --en Ucrania, Siria, Irak o Libia-- y sus consecuencias han marcado la agenda de seguridad de los estados miembros de la UE. A la cercanía de las guerras se suma la amenaza terrorista que ha golpeado Europa durante el último año.

La situación ha cambiado y las políticas también. El control de las fronteras ha sido una de las principales medidas que han impulsado la UE y sus Estados miembros. La llegada masiva de refugiados a raíz de la guerra siria y la voluntad de evitar la entrada de terroristas en territorio europeo han motivado nuevas decisiones para blindar el espacio Schengen de libre circulación de personas. Pero la amenaza no está solo en el exterior, y la procedencia francesa y belga de los atacantes identificados de París lo demuestra. Por eso la reacción de Bruselas también se ha centrado en la seguridad interna y el control de armas es otra de las grandes prioridades de las instituciones europeas.

Los países de la UE en conjunto son responsables del 30% de las licencias de exportaciones de armas en todo el mundo, solo superados por Estados Unidos (35%) y por delante de Rusia (25%). Francia lidera el ranking de países comunitarios en venta de armas fuera de sus fronteras, seguida de Alemania, el Reino Unido y España, cuarto exportador, con el 11,5% del total de ventas europeas al extranjero a su cargo.

Estos son datos del 2013 que figuran en el informe anual de exportación de armas, publicado el pasado marzo en el Diario Oficial de la UE. Las cifras indican que el valor total de las licencias de exportación de armas concedidas es de 36.700 millones de euros. Casi el 71% de ellas son destinadas a países no comunitarios, entre los cuales Estados Unidos y Arabia Saudí son los máximos receptores.

La UE cuenta con unas normas jurídicamente vinculantes sobre exportación de armas convencionales. En el 2008, el Consejo aprobó la Posición Común, un documento que establece ocho criterios que sirven de base a los Estados miembros para valorar las solicitudes de licencias de exportación de tecnología y equipos militares.

MAYOR REGULACION Una de estas normas es la prohibición de vender armamento a países que no respetan los derechos humanos. "Lamentablemente, uno de los mayores compradores de armas europeas es un régimen dictatorial brutal, Arabia Saudí", explica Bodil Valero, eurodiputada sueca del grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea. Valero ha sido la impulsora de una moción, aprobada en el Parlamento europeo el pasado 17 de diciembre, que exige una mayor regulación de la exportación de armas en la UE y un cumplimiento más estricto de las normas. "La UE no debería armar a dictadores y terroristas; queremos enviar un mensaje muy claro a los estados miembros: no aceptaremos la exportación de armas irresponsable a regímenes que violan los derechos humanos", declara Valero.

Si bien la Posición Común no ha tenido un impacto relevante en el control de exportaciones de armas, sí ha afectado de forma positiva al intercambio de información entre los estados miembros y a la transparencia en la concesión de licencias. Además, cada país tiene la obligación de presentar un informe con sus datos propios, aunque todavía son varios los países que aportan información incompleta. Es el caso de los mayores exportadores europeos, como el Reino Unido y Alemania, que no indican en sus informes el valor real de sus exportaciones de armas, sino que solo incluyen los datos estimados.