Al menos cuatro de los cinco terroristas suicidas que bañaron de sangre París el pasado viernes eran franceses, pero los preparativos y la coordinación de sus ataques apuntan a kilómetros de distancia, hacia Siria pero también a la vecina Bélgica. Un país señalado como epicentro en Europa del yihadismo en el que este fin de semana eran detenidos siete jóvenes. Ayer la fiscalía federal belga acusaba oficialmente a dos de ellos de“atentado terrorista” y “participación en actividades de grupo terrorista”.

El anuncio se producía durante una masiva jornada de redadas y registros tanto en Francia como en Bélgica. En el país que el viernes sufrió el segundo zarpazo terrorista más sangriento desde 1980 las autoridades realizaron nada menos que 168 operaciones, en 19 departamentos, con 1.400 policías movilizados, que dieron como resultado 23 detenidos, otras 104 personas bajo arresto domiciliario y la incautación de una treintena de armas, cuatro de guerra incluido un lanzacohetes encontrado en Lyon. El balance de arrestados incluye a una decena de familiares de los 5 kamikazes ya identificados.

CONEXIÓN BELGA

Entre ellos hay dos que corroboran la existencia de una conexión belga con el atentado: Bilal Hadfi, de 20 años y residente enMolenbeek, que se hizo explotar junto al Estadio de Francia, e Ibrahim Abdeslam, de 31, que se inmoló en un restaurante del bulevar Voltaire y también residente en este barrio belga. Junto a ellos habría participado en el ataque el hermano de este último,Salah Abdeslam, de 26 años, pero habría logrado huir. Sobre él pesa una orden de búsqueda y captura internacional y a él es a quien buscaban este lunes las fuerzas especiales belgas en una nueva macrorredada desarrollada en Molenbeek en la que participaron artificieros y la brigada canina.

La operación se saldó sin resultados pero los investigadores sitúan a Salah en Bélgica porque ha sido identificado como una de las tres personas que viajaban el sábado por la mañana en un vehículo interpelado por la policía gala a la altura de Cambrai. Junto a él,Mohamed Amri y Hamza Attou, los jóvenes que se habrían desplazado a buscarle a París e imputados ayer de atentado terrorista. Los cinco restantes arrestados el sábado, entre los que se encuentra Mohamed, el tercer hermano Abdeslam, fueron puesto ayer en libertad sin cargos. “Tengo coartada para el viernes y por eso la juez ha decidido dejarme libre”, decía ayer a la puerta de su casa.