Croacia no permitirá que se abra una segunda ruta de entrada de refugiados en su territorio desde el sur, por lo que se prepara para reforzar la presencia policial en la frontera de Montenegro.

"Croacia no permitirá dos frentes para la entrada de refugiados. Mi mensaje es: No vengáis (por el sur), seréis devueltos al sitio desde donde vinisteis", aseguró anoche el ministro del Interior, Ranko Ostojic.

El ministro dijo que los refugiados que entren a Croacia deberán seguir haciéndolo por la "ruta norte", desde Serbia.

Ostojic ha asegurado hoy que esos preparativos tienen que ver con la posibilidad de que comiencen a llegar refugiados por esa zona, pero aclaró que esas instalaciones no serán para el alojamiento de emigrantes sino de los policías encargados de defender la frontera e impedir su entrada.

Croacia se convirtió en una zona de paso de los refugiados que van desde Oriente Medio y Asia hacia Europa Occidental cuando Hungría cerró su frontera con Serbia el pasado día 16, provocando un desvío de la ruta migratoria.

Desde entonces más de 85.000 refugiados han entrado al país balcánico, según las autoridades croatas, aunque el diario serbio "Blic" ha calificado esa cifra de exagerada argumentando que por Serbia, la escala previa antes de entrar a Croacia, sólo han pasado 44.000 en lo que va de mes.

Los refugiados son transportados desde el centro de acogida en Opatovac, en la frontera con Serbia, hasta suelo húngaro, desde donde siguen luego hacia Austria y Alemania.

Hungría ultima una alambrada en la frontera con Croacia, como la que levantó con Serbia, para detener ese flujo.

Ante ello, las autoridades eslovenas se preparan ante la posibilidad de que cuando los refugiados ya no puedan pasar a Hungría se dirijan a su territorio desde Croacia.

Mientras, continúa el flujo de refugiados a Europa central. Unos 5.800 entraron el lunes en Croacia desde Serbia y una cifra parecida entró en suelo húngaro.

Desde ayer, unos 6.500 han cruzado la frontera entre Hungría y Austria.