Gira papal por Estados Unidos

El Papa insta a la ONU a hablar menos y actuar más

Francisco pide una distribución más justa del poder político mundial. Critica la política crediticia que asfixia a los países pobres y en crisis

IDOYA NOAIN

Francisco es el primer Papa que ha colocado la lucha contra el cambio climático en la primera línea de la política global, haciéndola uno de los ejes de su encíclica, Laudato si , y reclamando, en cada oportunidad que tiene, la protección del medioambiente, que define como "un derecho".

Jorge Mario Bergoglio es también el llamado "Papa del pueblo", que ha denunciado sin pelos en la lengua la injusticia algo más que moral de las crecientes desigualdades económicas. Ayer, en la ONU, fue también el primer representante del Vaticano que pidió al organismo internacional asegurar que la distribución del poder político sea, como en el terreno económico, más justa. Incluso dentro de la propia ONU y del principal brazo político de la organización: el Consejo de Seguridad.

Hace años que países como Brasil o India reclaman una actualización y una reforma del Consejo, dominado por Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia, los cinco miembros permanentes con derecho a veto. Y esas voces, que creen obsoleta e injusta una estructura establecida hace 70 años, después de la segunda guerra mundial, encontraron ayer su altavoz en Francisco.

Citando la meta de "conceder a todos los países sin excepción una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones", el Papa aseguró que ese cambio, tanto en el Consejo de Seguridad como en organismos financieros y en "grupos y mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas, ayudaría a limitar todo tipo de abuso o usura, sobre todo con los países en vías de desarrollo".

ELITE OMNIPOTENTE Con diplomacia pero sin rodeos, el mensaje de Francisco era claro. En la misma sala donde el lunes comenzará el debate de la Asamblea General con los discursos de Barack Obama, Xi Jinping, Vladímir Putin y François Hollande (además de los de los líderes de Irán y Cuba), el Papa instó a "renunciar a la creación de una elite omnipotente". Alertó también ante el unilateralismo y las "consecuencias negativas de las intervenciones políticas y militares no coordinadas". Y denunció a quienes manipulan "con intenciones espurias" la Carta de la ONU. El Papa recordó "la dolorosa situación de todo Oriente Medio, del norte de Africa y otros países africanos", así como en Ucrania.

El Pontífice apostó por la diplomacia y ayer felicitó a la comunidad internacional por el acuerdo de seis potencias y Teherán para frenar el programa militar nuclear de Irán, "prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho, ejercitados con sinceridad, paciencia y conciencia".

Francisco no solo metía el dedo en la llaga en la injusticia política sino también en la económica. No todos los días un líder del Vaticano clama desde ese podio por un "mínimo absoluto" para todo el mundo que incluya "techo, trabajo y tierra".

SUMISION ASFIXIANTE Y ni Benedicto XVI ni Juan Pablo II en sus dos visitas anteriores, ni Pablo VI, el primer Papa en dirigirse a la ONU, en 1965, habían clamado con la contundencia que lo hizo el primer Papa latinoamericano contra la "sumisión asfixiante de los países pobres a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia".

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