El papa Francisco animó ayer a Cuba y a Estados Unidos a "continuar avanzando" en la normalización de sus relaciones y a "desarrollar todas sus potencialidades", en el discurso que pronunció a su llegada a La Habana.

"Estamos siendo testigos de un acontecimiento que nos llena de esperanza: el proceso de normalización de las relaciones entre dos pueblos, tras años de distanciamiento. Es un proceso, un signo de la victoria de la cultura del encuentro, del diálogo", dijo el pontífice en la ceremonia de su recibimiento en el Aeropuerto Internacional José Martí de la capital cubana.

El Papa animó a los responsables políticos de ambos países "a continuar avanzando" por este camino "como prueba del alto servicio que están llamados a prestar a favor de la paz y el bienestar de sus pueblos, de toda América, y como ejemplo de reconciliación para el mundo entero".

"El mundo necesita reconciliación en esta atmósfera de tercera guerra mundial a trozos que estamos viviendo", dijo el Papa. En su primer discurso en la isla, el pontífice destacó que este año se cumple el 80 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y el Vaticano y recordó los "inolvidables viajes apostólicos" que cursaron al país caribeño sus predecesores Juan Pablo II (1998) y Benedicto XVI (2012).

"Hoy renovamos estos lazos de cooperación y amistad para que la Iglesia siga acompañando y alentando al pueblo cubano en sus esperanzas y en sus preocupaciones, con libertad y con los medios y espacios necesarios para llevar el anuncio del Reino hasta las periferias existenciales de la sociedad", manifestó.

Raúl Castro, agradecido

El presidente Cuba, Raúl Castro, agradeció ayer al Papa su apoyo en el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, un "primer paso en el proceso hacia la normalización de los vínculos entre ambos países que requerirá resolver problemas y reparar injusticias". "El bloqueo, que provoca daños humanos y privaciones a las familias cubanas, es cruel, inmoral e ilegal, debe cesar", afirmó Castro en su discurso de bienvenida al Papa Francisco, a su llegada al aeropuerto de La Habana, donde inició una visita oficial de cuatro días a la isla.

Además del fin del embargo, el mandatario cubano también demandó la devolución del "territorio que usurpa la base naval de Guantánamo", "justos reclamos", que según dijo, son compartidos por los pueblos y la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo".

Sobre la visita de Francisco, Raúl Castro indicó que será "trascendente y enriquecedor" el encuentro del pontífice con un pueblo "trabajador, instruido, abnegado, generoso, con profundas convicciones, valores patrióticos, dispuesto a continuar su heroica resistencia y construir una sociedad que garantice el pleno desarrollo de mujeres y hombres, con dignidad y justicia".

Castro recordó que este año se conmemoran 80 años del aniversario de las relaciones ininterrumpidas entre la Santa Sede y Cuba, que "son buenas y se desarrollan favorablemente sobre la base del respeto mutuo".

También se refirió a las relaciones entre su Gobierno y la Iglesia católica cubana, "en un clima edificante, al igual que ocurre con todas las religiones e instituciones presentes en el país, que inculcan valores morales que la nación (cubana) aprecia y cultiva". "Ejercemos la libertad religiosa como derecho consagrado", subrayó.