"Muhamad no era ningún espía", repetía en marzo Said Musalam, padre de Muhamad Musalam, un palestino de Jerusalén, con nacionalidad israelí, que a finales del 2014 decidió unirse a las filas del Estado Islámico (EI) en Siria. Muhamad luchó en la ciudad de Raqqa --feudo sirio del grupo yihadista-- hasta que abandonó el frente para regresar a casa. Su huida se truncó en un control del EI, que lo acusó de ser espía israelí y lo ejecutó.

Los yihadistas difundieron en marzo el vídeo de su asesinato en las redes sociales. Su verdugo fue un niño que lo mató a tiros. Antes de morir, Muhamad confesó ante la cámara que era "espía de Israel" y explicó cómo fue reclutado. El padre lo negó. Tras la aparición del vídeo, relató que el EI engañó a su hijo: "Le prometieron un montón de cosas, dinero, mujeres y coches". Junto a él, su esposa abrazaba llorando un retrato de Muhamad.

"No lo querían soltar porque si volvía a casa, los israelíes lo arrestarían y le harían contar lo que había visto. Conozco a mi hijo, lo eduqué bien. Estoy seguro de que no trabajaba para el Mosad espionaje exterior israelí", afirmó Said.

El Shin Bet (servicio de seguridad de Israel) señaló que Musalam llegó a Siria a través de Turquía para luchar con el EI. Antes de viajar, le dijo a su padre que iba a estudiar un curso en la ciudad de Rishon Letzion y le pidió dinero. "Después de una semana nos mandó un correo electrónico en el que decía que quería ser un mártir y renunciaba a su familia y a todo en su vida", contó el padre. Los Musalam no son islamistas, ni siquiera son religiosos.

La policía israelí no ofrece datos sobre el número de ciudadanos que se han unido al Estado Islámico, pero una fuente de los servicios de seguridad consultada por este diario indica que "unos 40 israelíes dejaron Israel para unirse al EI en los últimos dos o tres años. Unos 10 fueron arrestados al regresar, el resto aún está fuera o ha muerto en combate".

Entre los fallecidos, se encuentra un médico de un hospital de Ashkelon que murió en Siria en octubre. Antes de abandonar Israel, asistió a reuniones de una presunta célula seguidora del EI, integrada por seis hombres de los que cuatro son profesores de escuela en el sur del país. El Shin Bet anunció a principios de julio que estaban arrestados por apoyar al EI y hacerle propaganda.

Arrestados a la vuelta

El ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, declaró ilegal al EI en septiembre del 2014. Además, la ley de prevención de la infiltración prohíbe a los israelíes viajar a "países enemigos" como Siria. Si los servicios de seguridad les siguen la pista, al regresar los arrestan. Las autoridades persiguen a los que hacen publicidad del EI en las redes sociales. En mayo, el Shin Bet y la policía detuvieron a un joven palestino residente en Israel por difundir propaganda yihadista en su Facebook.

La percepción de los analistas es que el apoyo a los yihadistas en Israel y Palestina es escaso. "No podemos ignorarlo, pero es muy marginal. Solo unas decenas de personas comparten la ideología del Estado Islámico", asegura el analista Wadie Abu Nasar. "Suelen ser salafistas, pero es algo residual porque la mayoría de árabes palestinos no son islamistas. Y los palestinos islamistas tienen sus propios grupos: en Israel, el Movimiento Islámico, y en Palestina, Hamás y la Yihad Islámica", dice.