La Policía israelí entró ayer en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén Este con el argumento de impedir los ataques de jóvenes árabes a visitantes judíos, que conmemoraban este domingo una jornada de ayuno por la destrucción de los templos bíblicos.

De madrugada, se registraron fuertes disturbios en ese recinto sagrado para musulmanes y judíos, cuando decenas de palestinos intentaron bloquear los accesos para impedir las visitas judías al lugar con motivo de la jornada de Tishá Beav, conmemoración de origen rabínico considerada la madre de todos los duelos y desgracias del pueblo judío.

Según informó la Policía israelí, grupos de jóvenes árabes se atrincheraron anoche en Al Aqsa, donde acumularon piedras, maderas y cócteles molotov para enfrentarse a los agentes. Los jóvenes tomaron la plaza por la mañana y, cuando los policías empezaron a subir por las escaleras del norte, empezaron a lanzarles piedras, bloques de cemento, bengalas y cócteles molotov. La Policía cerró entonces los accesos a la explanada hasta que se restauró la calma.