El 13 de julio se alcanza un acuerdo para negociar el tercer plan de rescate de Grecia, por un valor de entre 82.000 y 86.000 millones de euros, que permitirá al país seguir en la zona euro a cambio de nuevos recortes durante tres años.

El día 16, el Parlamento griego aprueba las duras reformas exigidas por los acreedores. La eurozona da luz verde a negociar los detalles del plan de ayuda a Grecia. El Banco Central Europeo (BCE) eleva a 900 millones semanales el límite máximo de los créditos de emergencia a la banca griega.

El día 17, la UE concede un préstamo de emergencia de 7.000 millones a Grecia, para afrontar sus necesidades de financiación durante las negociaciones con la troika. El Bundestag aprueba la ayuda a Grecia. Dos días después, la cancillera Angela Merkel reafirma su oposición a aceptar una quita de la deuda griega.