El acuerdo cerrado por los líderes de la eurozona para negociar un tercer rescate con Grecia ahuyenta por ahora el fantasma del Grexit y la bancarrota, pero el peligro no ha desaparecido. Los países del euro siguen buscando contra reloj una financiación puente de hasta 12.000 millones que permita al Gobierno heleno hacer frente a sus pagos más inmediatos en julio y agosto, y de los cuales 7.000 millones tienen fecha del 20 de julio. Hay varias opciones en la mesa, desde el uso de un fondo comunitario de estabilidad financiera hasta préstamos bilaterales, los beneficios obtenidos por el BCE con la deuda griega o la ayuda europea al desarrollo. Todas ellas, sin embargo, plantean de momento muchas dificultades.

"Prácticamente todas las opciones son bastante difíciles y ofrecen complicaciones políticas, legales y financieras", admitía ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Domvrovskis, al término de un Ecofin en el que se abordó de nuevo la situación de Grecia. De los 7.000 millones que tendrán que abonar el próximo lunes, un total de 4.200, incluidos intereses, corresponden al BCE. Y un impago a esta institución desencadenaría consecuencias importantes y forzaría a la entidad que dirige Mario Draghi a cortar el grifo de la línea de liquidez de emergencia que mantiene a flote a los bancos griegos y al país. De ahí la imperiosa necesidad de garantizar una financiación que "evite una situación dramática el lunes", avisó el alemán Wolfgang Schäuble.

PRESTAMOS BILATERALES La opción de préstamos bilaterales, aunque podría ser relativamente sencilla, no suscita demasiada simpatía. "Salvo en algún país, no veo mucho ambiente favorable a dar un préstamo bilateral. Nosotros ya tenemos un préstamo de 7.000 millones a 30 años, con un período de gracia de 10 años y un tipo de interés del 0,5% otorgados a Grecia", explicó Luis de Guindos, descartando esta opción para España. Todavía más quejas concentra el uso del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, que cuenta con unos 11.000 millones de los 60.000 con los que fue creado y podría ser autorizado por mayoría cualificada. Un fondo que ya fue utilizado con Irlanda y Portugal pero al que Londres ya ha dicho no.

IDEA IMPOSIBLE "El Reino Unido no está en el euro así que la idea de que los contribuyentes británicos estén en línea con este último acuerdo griego es imposible. La eurozona necesita resolver su propia factura", zanjó su titular de Finanzas, George Osborne. Y también suscita críticas el uso de los beneficios obtenidos por el BCE con los bonos griegos en el 2012 y que suman unos 3.500 millones. Una opción que los países más duros solo estarían dispuestos a autorizar dentro de un programa de rescate que no estará negociado hasta agosto. "Creo que se alcanzará un acuerdo. No tendría sentido que una semana después no cumplamos la primera condición", aseguró Guindos.