Tras el susto, siguen la confusión y el caos. La búsqueda de los residentes foráneos y los turistas que visitaban Nepal en el momento del terremoto ocupa todavía al grueso de las cancillerías extranjeras, entre ellas la de España, cuyo titular, José Manuel García-Margallo, que ayer se encontraba de visita oficial en la India y debía regresar hoy, no dudó en cambiar de planes y quedarse allí hasta que el Airbus A310 en el que viajó evacúe de Katmandú a los españoles que necesiten salir con más urgencia de Nepal.

Ayer por la tarde, la Embajada española en Nueva Deli tenía localizados en Nepal a 349 españoles, y trataba aún de localizar a otros 118, en su mayoría turistas. Eran cifras provisionales, cambiantes, pero muestran las dificultades de comunicación y la confusión reinante en Nepal, tres días después del seísmo. En Katmandú había un total de 121, de los que 63 estaban en el aeropuerto, esperando a su repatriación, y otros 40, en un hotel. Su evacuación se retrasó respecto al horario previsto debido a la saturación que está sufriendo el aeropuerto de la capital nepalí, por la gran cantidad de aviones fletados por distintos países para llevar ayuda y evacuar a sus nacionales.

30 toneladas de ayuda

Además del avión de Margallo, el Gobierno español fletó desde Madrid un nuevo aparato, con capacidad para 200 personas, en dirección a Nueva Deli o Katmandú, dependiendo de si los españoles estuvieran ya en un país o en otro. Este avión, fletado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), se sumó a otro Airbus de carga organizado por la propia Aecid para transportar unas 30 toneladas de ayuda de emergencia para las víctimas del terremoto, aportadas por el Ejecutivo y la Cruz Roja, Intermón Oxfam y Médicos del Mundo.

Mientras el Airbus 310 en el que llegó Margallo a Nueva Deli seguía listo en el aeropuerto indio para partir hacia Katmandú a la espera de conseguir un slot (permiso para aterrizar), el ministro aseguró: "El Airbus que está aquí no se va a mover hasta que salga el último español de Katmandú". Margallo informó también de que se había autorizado a la legación española en Nueva Deli, dirigida por el embajador Gustavo de Arístegui, a que adelante fondos para atender los gastos de alojamiento y manutención de los españoles que lleguen al país asiático.

Sobre los que no se hallan en Katmandú, el titular de Exteriores explicó que el Gobierno español solo recibía las noticias que le suministraban las autoridades nepalíes. En este sentido, añadió que las comunicaciones en Nepal son "extraordinariamente difíciles" y que la situación es "muy confusa". Pese a todo, insistió en que no tenía constancia de heridos --tan solo el español que sufría congelación de manos antes del seísmo-- y que "gracias a Dios" tampoco tenía noticias de fallecimientos.

Junto al Gobierno español, otras administraciones y oenegés se han movilizado ante la magnitud de la catástrofe nepalí, entre ellas Intermón Oxfam, Unicef, Médicos sin Fronteras, Save the Children o la Cruz Roja

Cáritas Española, por su parte, envió 100.000 euros a Cáritas Nepal para cubrir necesidades inmediatas, mientras que la multinacional Inditex decidió aportar 1,2 millones a programas de ayuda al Nepal. Un equipo de 12 bomberos de Bomberos Sin Fronteras viajó a Nepal para colaborar en la búsqueda y el rescate de víctimas.