Tras casi 13 años de ausencia, McDonald's anunció su regreso a Bolivia, de donde salió en el 2002 por una resonante quiebra y como un caso prácticamente único en la historia de esa empresa de comida rápida. Las protestas contra la política neoliberal fueron el principio del fin: nadie quería sus hamburguesas, eran carísimas. El motor de esas luchas provenía de El Alto, la ciudadela que, a casi 4.500 sobre el nivel del mar, rodea a La Paz. El Alto siempre ha sido el bastión político de Evo Morales. De allí bajaron los movimientos sociales en su defensa. En esas cumbres se forjó parte de la identidad del Movimiento al socialismo (MAS). Y, allí, donde se promete levantar uno de los futuros McDonalds, la Sole, una aymará como Evo, acaba de propinarle una verdadera paliza al MAS en las elecciones regionales y comunales.

Las diferencias entre el exlíder cocalero, en el poder desde el 2006, y Soledad Chapetón Tancara son tan visuales como simbólicas. Chapetón Tancara pertenece a la derechista Unidad Nacional (UN). El mundo conservador, derrotado en las urnas sistemáticamente por Morales, cree tener ahora a una Esperanza Aguirre cobriza para poner fin a la hegemonía de la izquierda indigenista.

La Sole tiene 34 años. Es hija de un policía y una vendedora de comida en la calle y estudió pedagogía en una universidad privada. Ella no reniega del linaje pero prefiera hablar de modernización. Nunca ha hecho campaña vestida a la usanza tradicional (pollera colorida, sombrero bombín y mantón sobre las espaldas). Prefiere una prenda de marca o esos trajes de falsos Armani confeccionados en un taller del Alto. La Sole, que venció con el 55% de los votos a Edgar Patana, uno de los protagonistas de las grandes movilizaciones políticas, les auguró a sus seguidores una pronta prosperidad.

La ciudadela, que ahora se comunica con La Paz a través de un teleférico, que costó 130 millones de dólares y que queda en la capital como uno de los legados de Morales, está unido además por el espíritu opositor. Samuel Doria Medina, el líder de UN, se mostró eufórico por el resultado: "Se inicia una nueva etapa política en el país; la gente comenzó a cansarse". El partido del Gobierno ganó en cuatro distritos, perdió en tres y puede vencer en otros dos en la segunda vuelta. Pero nada le saca a Evo la amargura de El Alto.