Para los unionistas, el listado de nuevas concesiones de poderes a Escocia anunciadas ayer va "más allá de lo prometido" por los tres grandes partidos políticos británicos. Para los nacionalistas escoceses, en cambio, las transferencias "son claramente insuficientes". De acuerdo con el documento de 26 páginas presentado por la comisión designada para coordinar la devolución de competencias a Edimburgo, la recaudación del impuesto sobre la renta en Escocia y la administración de los beneficios sociales pasarán a ser responsabilidad del Gobierno escocés. La histórica reforma del sistema tributario significará que el Parlamento autónomo, creado en 1999, decidirá los tipos impositivos en un acuerdo que implica el control de unos 14.000 millones de libras, en impuestos y beneficios, con el poder de crear otros nuevos o rediseñar los ya existentes.

La comisión Smith, creada por el Gobierno británico tras el triunfo del no en el referéndum del pasado mes de septiembre, aconsejó también la devolución de poderes sobre la retención del impuesto a los aviones que despegan de aeropuertos británicos. Además propuso que se modifique la ley electoral y se amplíe permanentemente el voto a los jóvenes de 16 y 17 años en todas las elecciones escocesas, siguiendo el ejemplo de la consulta sobre la independencia. Escocia, sin embargo, no tendrá capacidad para fijar el nivel de ingresos por debajo del cual no se tributa, una competencia que seguirá ostentando el Parlamento de Westminster.

El presidente de la comisión, lord Smith of Kelvin, calificó el acuerdo de "logro sin precedentes". "Esto muestra que a pesar de las dificultades, nuestros líderes políticos pueden unirse, trabajar juntos y alcanzar un acuerdo común", señaló.

A pesar de que el acuerdo fue respaldado por las cinco formaciones representadas en el Parlamento autónomo, para el Partido Nacional Escocés (SNP), con mayoría absoluta en la Cámara, la cesión de competencias no es lo completa que debería ser. "Me parece positiva la nueva transferencia de poderes, pero el 70% de nuestros ingresos fiscales y el 85% de nuestros gastos de protección social siguen dependiendo de Westminster", señaló la nueva líder del SNP y ministra principal, Nicola Sturgeon, durante una intervención parlamentaria para dar respuesta al documento.

En tono combativo, Sturgeon advirtió que lo cedido no es suficiente para los escoceses, quienes dirán su última palabra "en las elecciones generales, en las que dejarán muy claro cuál es su veredicto". En el informe, "el control de 2.500 millones sobre un total de gasto de 17.500 millones para protección social no es suficiente. No quiero tener tan solo el poder de compensar los recortes en beneficios sociales realizados por los tories, poner una tirita en un sistema roto", señaló Sturgeon. "Quiero tener el poder para crear un sistema mejor que saque a la gente de la pobreza y haga crecer nuestra economía", añadió. La ministra principal reclama el control del salario mínimo, las cuotas a la seguridad social y otros pagos, como el Universal Credit, que ha sustituido a ciertos beneficios en el Reino Unido.

CAMERON, ENCANTADO Frente a las cámaras, el primer ministro David Cameron dijo con pausada tranquilidad sentirse "encantado" con el informe, aun a sabiendas que ciertos diputados conservadores, muy descontentos, le acusan de haber cedido demasiados poderes a Escocia y haberlo hecho demasiado fácilmente. "Estamos cumpliendo nuestras promesas con los escoceses", declaró Cameron. "Nunca dije que el no en el referéndum fuera a significar que no habría cambios", subrayó. "El Parlamento escocés va a tener mayor responsabilidad en cuanto a cómo gastar el dinero, pero también deberá explicar cómo sube los impuestos para lograr fondos con los que pagar esos gastos".

El Partido Laborista, hasta ahora muy dominante en Escocia, se había opuesto históricamente a la devolución del impuesto sobre la renta. Finalmente ha cedido ante el temor a una reacción de adversa de los electores escoceses, tentados cada vez más a inclinarse en las urnas por el SNP. Los acuerdos de la comisión Smith "no van en nuestro propio interés, sino en el interés de Escocia y de la gente a la que servimos", declaró Anas Sarwar, líder interino del Partido Laborista Escocés. "La gente quiere que se tomen más decisiones cerca de casa y eso es lo que estamos haciendo", añadió.

La actual propuesta deberá ahora formalizarse en un proyecto de ley que se votará después de las elecciones del próximo mes de mayo.