El primer ministro francés Manuel Valls lanzó ayer una ofensiva de seducción en el mundo de la empresa con la promesa de acelerar las reformas para liberalizar la economía y recortar impuestos en miles de millones de euros. "¡Empresarios, Francia os necesita! ¡Amo los negocios!", proclamó Valls ante una audiencia de empresarios, en el discurso más pro-empresa oído desde el Gobierno socialista.

Todo un contraste con las declaraciones del presidente François Hollande durante su campaña electoral, quien describió las finanzas como su enemigo. El jefe de la patronal francesa dijo que los comentarios de Valls podrían marcar una nueva era en el país. Valls recibió una ovación de gala.

En respuesta a una renovada presión de la Comisión Europea para Francia que continúe las reformas, Valls dijo que el Gobierno trataría de reducir el déficit público, pero advirtió de que el exceso de rigor presupuestario podría frustrar los esfuerzos para reactivar el crecimiento económico. "El camino de regreso al crecimiento radica en el apoyo a los negocios", afirmó.