El presidente francés, François Hollande, y su primer ministro, Manuel Valls, guardan en su segundo Gobierno en menos de cinco meses la bicefalia de la área económica, una vez eliminado Arnaud Montebourg como representante del sector más a la izquierda. Pero lo hacen con el joven Emmanuel Macron, hasta ahora consejero económico del presidente, que supone la visión más liberal de todo el equipo, ya que no en vano fue asociado de la banca Rothschild.

Hollande parece haberse decantado finalmente tras dos años en el cargo por una política de apoyo a los empresarios antes que intentar subir el poder adquisitivo a los franceses en su convicción actual de que el país ha perdido demasiada competitividad respecto a Alemania. Valls lo defendió anoche tras anunciarse el nuevo Ejecutivo en una entrevista en la televisión pública, en la que dijo que pediría una moción de confianza en la Asamblea Nacional en septiembre u octubre.

El modelo de la bicefalia está importado de Alemania, donde el conservador Wolfgang Schäuble se ocupa de Finanzas y el socialdemócrata Sigmar Gabriel de Economía. El primero controla los presupuestos y el segundo se dedica más a la industria. Este tenía que ser el reparto de poderes en Francia entre Michel Sapin, que continúa en Finanzas, y Montebourg. Pero no funcionó porque el segundo tiene sus propias ideas y critica con contundencia la austeridad germana, mientras que el primero es un fiel colaborador de Hollande.

Habrá que ver el peso a partir de ahora de Macron, de solo 37 años, que ya inspiró desde el Elíseo el cambio de rumbo de un presidente que en la campaña del 2012 afirmaba que el mundo de las finanzas era su enemigo.

La promoción de caras más jóvenes se completa con el ascenso en el rango ministerial de Najat Vallaud-Belkacem, catapultada a Educación, y Fleur Pellerin, a Cultura. Para asumir el ministerio de Política Municipal, Juventud y Deportes se estrena en el Ejecutivo Patrick Kanner. También entran otros cinco nuevos secretarios de Estado, aunque el resto de grandes ministerios se mantiene intacto.

VALLS SE DEFIENDE Un serio y combativo Valls avanzó que entre septiembre y octubre se sometería a una moción de confianza en la Asamblea Nacional. "Habrá mayoría, no puede ser de otra manera", aseguró el primer ministro en la televisión pública ante la amenaza de que un número cada vez mayor de diputados socialistas se nieguen a votar a favor. "Si la mayoría no respondiese a este Gobierno, no podría continuar", aceptó. Ello podría desembocar en una disolución y elecciones anticipadas.

Valls defendió su compromiso con la izquierda y pidió que se vaya "más allá de las etiquetas". "No hacemos una política de austeridad", afirmó pese al programa de recortes de 50.000 millones.

Y recordó que se mantienen las contrataciones de funcionarios en la educación y la policía. "Francia vivió por encima de sus posibilidades", subrayó.