Reunidos de urgencia ante la gravedad de la situación en Irak, donde el Estado Islámico (EI) ha conquistado amplias zonas del país, los ministros de Exteriores de los países miembros de la Unión Europea acordaron respaldar el envío de armas a las fuerzas kurdas y apoyarles así en su lucha contra los yihadistas. Los envíos no serán centralizados por Bruselas ni se llevarán a cabo de común acuerdo, sino que cada socio decidirá si suministra o no material militar "según la capacidad y leyes nacionales de los estados miembros" y "con el consentimiento de las autoridades iraquís".

Esta decisión salomónica se tomó después de que algunos estados expresasen reservas al envío de armamento, mientras que otros, encabezados por Francia, Reino Unido, Italia y, en menor medida, Alemania, exigían una toma de posición "fuerte". "Hay una situación de desequilibrio, porque el EI dispone de armas avanzadas tecnológicamente", afirmó el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier. El jefe de la diplomacia germana explicó que falta analizar cuáles son las necesidades reales de los peshmerga kurdos y, en este sentido, viajará a Irak este fin de semana. En cualquier caso, la decisión de la UE constituye una señal política contundente.

El problema es que, al contrario del EI --que dispone de moderno material militar estadounidense tras haber capturado algunas bases del Ejército iraquí-- los kurdos están armados con equipamiento soviético, por lo que, según Steinmeier, se podría pedir a los países europeos del Este, antiguos miembros del Pacto de Varsovia, que completen las municiones kurdas.

EXCEDENTE DE COMIDA El ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, defendió la entrega de armamento a los kurdos, ya que de otra forma se podría reproducir una "situación similar a la que tuvimos en Siria, en que la reacción de la comunidad internacional fue tardía y fue tímida". El jefe de la diplomacia española insistió, sin embargo, en que el suministro se debe hacer "con consentimiento del Gobierno central" de Irak. Margallo dijo que el Gobierno español estudiará el envío de armas y propuso que se envíe a Irak el excedente de comida creado por el embargo ruso a la importación de productos.

En lo que sí coincidieron todos los países de la UE es en que será necesaria más ayuda humanitaria para apoyar a largo plazo a los cientos de miles de refugiados que huyen de la barbarie del EI. Además, a instancias de Gran Bretaña, el Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto aprobar esta madrugada una resolución de condena del EI, en la que pide al organismo internacional elaborar una estrategia para luchar contra la financiación y el reclutamiento de voluntarios del EI.

Por otro lado, la UE acogió con satisfacción la designación del chií Haidar Abadi como nuevo primer ministro, después de que el denostado Nuri al Maliki arrojase la toalla y dimitiera. El clérigo chií más influyente de Irak, el ayatolá Ali al Sistani, dio ayer su bendición a Abadi. En un llamamiento contra el faccionalismo imperante en Irak, Al Sistani subrayó "la necesidad de que la bandera iraquí sea el símbolo que ondee sobre todas las tropas y unidades".

GARANTIAS El líder tribal suní Alí Hatem se mostró partidario de entrar a un eventual Gobierno, abriendo así la puerta a un Ejecutivo inclusivo, pero con condiciones: cese de los bombardeos a la región suní de Anbar --donde el EI tiene presencia--, cierto autogobierno a las zonas sunís y juicio a Maliki. Hatem ya colaboró con las fuerzas de ocupación estadounidenses contra Al Qaeda, pero en el 2013 lideró una confederación de tribus suníes contra Maliki.

Ayer, miembros del EI volaron una mezquita en Yalaula, capturaron al imán y lo colgaron de una torre de alta tensión. En otra localidad, los yihadistas ejecutaron a siete personas.