El Ejército de Ucrania abortó la noche del jueves una incursión rusa en su territorio, según informó ayer la presidencia ucraniana en un comunicado de prensa. Según Kiev, una columna de blindados rusos que transportaban tropas atravesó la frontera por la noche y fue neutralizada con fuego de artillería. Una parte "significativa" de vehículos fueron alcanzados y "destruidos".

El presidente de Ucrania, Petro Porochenko, informó también ayer por teléfono de lo ocurrido al primer ministro británico, David Cameron. Periodistas británicos sobre el terreno confirmaron la incursión del convoy, formado por 23 blindados y varios camiones.

Aunque Moscú negó los hechos, la entrada de tropas rusas en Ucrania fue confirmada también por el secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rasmussen, quien aseguró que esta acción "confirma claramente la implicación de Rusia en la desestabilización de Ucrania".

Los ministros de Exteriores de la UE, reunidos ayer en Bruselas para tratar de la crisis en Ucrania e Irak, instaron a Moscú a "detener inmediatamente toda forma de hostilidad" contra el país vecino y a retirar las tropas de la frontera. "Toda acción militar unilateral de la parte de la Federación Rusa en Ucrania, bajo cualquier pretexto, incluido el humanitario, será considerado por la UE como una violación flagrante del derecho internacional", advirtieron los ministros en un comunicado. Londres convocó ayer al embajador ruso en el Reino Unido para que "clarifique las informaciones sobre la incursión rusa en Ucrania".

El Ejército ucraniano dijo que el convoy ruso entró en su territorio por el paso fronterizo Izvárino, cerrado temporalmente, y que se dirigía a la localidad de Malogvardeisk, situada a unos 20 kilómetros al sur de Lugansk, uno de los feudos de los separatistas prorrusos. Para reducir la tensión, el ministro de Exterior ucraniano, Pavlo Klimkine, confirmó ayer la reunión de mañana con su homólogo ruso Sergeui Lavrov, en Berlín, junto a los jefes de la diplomacia francesa y alemana.

SIN LUZ, NI AGUA Precisamente Lugansk --ciudad de medio millón de habitantes sin luz y sin agua desde hace dos semanas-- es uno de los principales destinos del convoy humanitario ruso que permanece detenido en el paso fronterizo ruso Donetzs, situado frente al ucraniano Izvárino a la espera de poder entrar en territorio ucraniano.

Ayer, agentes ucranianos entraron en territorio ruso y empezaron a inspeccionar los cerca de 300 camiones del convoy. Moscú asegura que la columna de vehículos carga con 1.800 toneladas de alimentos y medicamentos. En un comunicado del Ministerio de Exteriores, Rusia acusó a Ucrania de intentar interrumpir la llegada de ayuda humanitaria a la población prorrusa más castigada por la guerra. "Llamamos la atención sobre la fuerte intensificación de la acción militar ucraniana en la frontera entre Rusia y Ucrania", advirtió el comunicado.

Mientras tanto, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) está a la espera de que se den las condiciones para poder empezar a distribuir la ayuda. "Seguimos necesitando de todas las partes del conflicto las garantías de que se permitirá a nuestro personal realizar su trabajo de forma segura y con el debido respeto de los principios humanitarios", afirmó el jefe de Operaciones para Europa y Asia Central del CICR, Laurent Corbaz.