La cura de austeridad de Manuel Valls para cumplir con el equilibrio presupuestario marcado por Bruselas ha encontrado más resistencia en sus propias filas que entre los ciudadanos. Los diputados socialistas presentaron ayer un plan alternativo para alcanzar el objetivo de reducir el gasto público en 50.000 millones. Una iniciativa que demuestra su resistencia a aceptar el programa económico de Valls, cuya votación en el Parlamento está prevista para el 29 de este mes. ELIANNE ROS