Al menos 14 iraquíes, entre ellos siete militares y cuatro policías, murieron hoy y otros 23 resultaron heridos en nuevos ataques perpetrados en Irak, informó a Efe una fuente de seguridad.

El ataque más sangriento fue registrado en la localidad de Al Tarmiya, a 40 kilómetros al norte de Bagdad, donde un hombre suicida detonó su cinturón explosivo en la entrada de un cuartel militar, lo que causó la muerte de siete soldados y heridas a otros trece.

La fuente informó de que cuatro agentes perecieron y otros nueve sufrieron heridos en un ataque similar contra una comisaría de la policía en la población de Auad al Hasan, cerca de la localidad de Al Tayi, a 30 kilómetros al norte de Bagdad.

Asimismo, un grupo de hombres armados asesinó con armas con silenciador a un oficial de la policía en la zona de Al Salij, en el norte de Bagdad.

La fuente añadió que un civil fue asesinado por un grupo armado que irrumpió en su domicilio en la población de Al Usud, en la provincia de Diyala, en el este del país.

Mientras, un pastor murió y su hermano sufrió lesiones por la explosión de una mina cerca de la localidad de Mandali, en el este de Diyala.

Irak vive un repunte de la violencia sectaria y de los atentados terroristas, que tienen como principales blancos a las fuerzas de seguridad y a la comunidad chií.

Hoy mismo, las autoridades iraquíes ejecutaron a once civiles condenados por delitos de terrorismo, tras ratificar la presidencia las sentencias a pena de muerte.