Los niños sirios son a menudo testigos directos de la guerra. Tanto que, mientras este grupo cuenta su experiencia diaria del conflicto y una niña explica que están acostumbrados a ver a "mártires", una explosión les sorprende. Ha sucedido en el barrio de Jobar, en Damasco.

Los pequeños corren, acompañados por un adulto, y se ponen a cubierto. Más tarde volvemos a verles, sonrientes, y muy conscientes de lo sucedido. Una pequeña asegura que sabía que un proyectil iba a caer cerca de ellos. Sorprendentemente, no están asustados. Las bombas forman parte de su vida cotidiana desde hace más de dos años.

Ataques mortíferos

Solo este martes, al menos 27 personas han muerto y otras 58 han resultado heridas en varios ataques en Damasco y sus alrededores, de los que el régimen sirio ha culpado a "terroristas" y que se producen un día después del anuncio de la fecha para la conferencia de paz de Ginebra, prevista para el 22 de enero.

En el ataque más mortífero, al menos cinco médicos, cinco enfermeras y dos conductores de ambulancia perecieron en la localidad de Deir Atiye, al norte de la capital, según ha informado el ministro de Sanidad, Saad al Nayef.