El Gobierno francés decidió hoy reforzar la seguridad en los principales medios de la capital tras el ataque sufrido en la sede del diario "Libération", en el que un fotógrafo resultó herido de gravedad.

El ministro del Interior, Manuel Valls, indicó hoy a la prensa que la movilización policial delante de esos medios se mantendrá como medida de precaución hasta que el autor del tiroteo de hoy sea detenido, porque hasta entonces "representa un verdadero peligro".

"No hay que minimizar la realidad de un acto odioso de este tipo", señaló Valls a la salida de ese periódico, al que también acudieron la ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, y el alcalde de la ciudad, Bertrand Delanoë.

El hombre irrumpió en la sede del diario poco después de las 10.15 horas (09.15 GMT) con un fusil de caza, y sin mediar palabra, según testigos presenciales, disparó un par de veces e hirió de gravedad en el tórax a un ayudante de fotografía que trabajaba para el suplemento mensual "Next".

"Atacar el periodismo es atacar un pilar esencial de la democracia", añadió el director de la publicación, Nicolas Demorand, para quien el clima de violencia experimentado contra la prensa "debería alertar al conjunto de la ciudadanía".

Este ataque se produce cuatro días después de que un hombre entrara el viernes en la sede de la cadena BFM TV en París y amenazara también con una pistola a un redactor jefe, y se diera posteriormente a la fuga.

La brigada criminal de la Policía Judicial parisina, encargada de la investigación, analiza las respectivas cámaras de seguridad para ver si el autor de los hechos es la misma persona, pero todavía no se ha establecido ningún vínculo entre ambos.

Por el momento, la reconstrucción de los hechos en "la escena del crimen", según la calificó Valls, no permite confirmar que se trate del mismo agresor.

"Libération no es y nunca ha sido un búnker, sino un espacio de libertad (...). No queremos trabajar tras cortinas de hierro", añadió Demorand, según el cual en los últimos tiempos el tono de las cartas y los mensajes de amenazas contra su redacción suponen "un ruido y unos decibelios en aumento".

La ministra de Cultura subrayó hoy que es la primera vez que un medio es atacado "de una manera tan monstruosa", y destacó que "más allá del ataque a un pilar de la sociedad democrática, esta violencia es inaceptable, y es necesario que toda la sociedad se movilice".

"La prensa, en un gran país como Francia, debería poder ejercer su oficio sin verse obligada a poner verjas en su entrada. El funcionamiento normal en una sociedad democrática es que pueda hacer su trabajo, porque es indispensable", añadió Filippetti.

La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) también expresó su solidaridad con el fotógrafo herido y con el conjunto de trabajadores de "Libération" y de "BFM TV".

"Que un individuo ataque una redacción con un arma de fuego y dispare es simplemente repugnante", declaró RSF en un comunicado.

Esa organización por la libertad de prensa, con sede en París, expresó su confianza en las fuerzas de policía para que detengan al autor o los autores de las agresiones "para evitar que dos acciones criminales no se conviertan en una serie cada vez más negra".