Las revelaciones de Edward Snowden al diario 'Le Monde' del lunes, que apuntan a que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos interceptó 70,3 millones de comunicaciones de ciudadanos franceses durante 30 días entre finales del 2012 y principios del 2013 ha obligado al presidente de EEUU, Barack Obama, a telefonear a su homólogo de Francia, François Hollande para aclarar el asunto y calmar los ánimos de su aliado.

En un comunicado hecho público esta madrugada, la Casa Blanca explica que ambos dirigentes abordaron las "legítimas cuestiones" planteadas por Francia sobre los programas de espionaje de EEUU tras las últimas revelaciones del extécnico de la CIA. Obama y Hollande han acordado que "en adelante se debe continuar tratando el asunto por canales diplomáticos".

Según la Casa Blanca, "algunas" de estas informaciones "distorsionan" las actividades de EEUU mientras que otras "plantean legítimas cuestiones para nuestros amigos y aliados sobre cómo se despliegan estas capacidades". Obama ha asegurado personalmente a Hollande que "Estados Unidos ha comenzado a revisar la manera en la que se recopila información de inteligencia, de modo que se equilibren las legítimas preocupaciones de seguridad de nuestros ciudadanos y nuestros aliados con las de privacidad compartidas por todos".

Encuentro "privado" de Kerry y Fabius

La Administración federal ha querido subrayar las buenas relaciones con Francia. "Estados Unidos y Francia son aliados y amigos y comparten una cercana relación de trabajo en un gran rango de asuntos, incluida la seguridad y la inteligencia".

El secretario de Estado de EE.UU, John Kerry, que se encuentra en París para una cumbre sobre Siria, hablará en las próximas horas de manera "privada" con su homólogo francés, Laurent Fabius, sobre las preocupaciones mostradas por París acerca de las revelaciones de espionaje por parte de Estados Unidos.