El sueldo del presidente del Senado italiano estaba fijado en 18.590 euros al mes, y el del presidente de la Cámara de Diputados, en 18.200, en ambos casos con dietas y gastos de representación incluidos. El presupuesto de sus equipos es de 1,5 millones y 1,4 millones de euros, respectivamente. Ahora, los máximos dirigentes de las dos cámaras, Pietro Grasso (Senado) y Laura Boldrini (Cámara de Diputados), han reducido sus sueldos el 50% y han renunciado a residir en los apartamentos del Parlamento.