Corea del Norte ha anunciado este jueves que se encuentran a su "alcance de tiro" las bases militares de EEUU en la región del Pacífico. Es la respuesta del régimen de Pionyang al despliegue en Corea del Sur de submarinos y bombarderos estadounidenses con capacidad nuclear.

"EEUU no debe que olvidar que la Base de la Fuerza Aérea de Anderson en Guam, donde despegan los B-52, y las bases navales en Okinawa y el resto de Japón, donde hay submarinos nucleares, se encuentran dentro del alcance de tiro" de Corea del Norte, ha subrayado el portavoz del Comando Supremo del Ejército Popular.

En el comunicado divulgado por la agencia estatal KCNA, el portavoz militar advierte a Washington de que el Ejército norcoreano "reaccionará a las bombas del enemigo con un ataque nuclear más poderoso", una amenaza que, asegura, "no es para nada un discurso vacío".

Maniobras militares conjuntas

Se trata de una nueva y beligerante respuesta del régimen que lidera Kim Jong-Un al actual despliegue de submarinos nucleares y bombarderos B-52 de EEUU en Corea del Sur con motivo del ejercicio militar anual conjunto 'Foal Eagle', que ambos países llevan a cabo desde el pasado día 1 y que se prolongará hasta finales de abril.

Corea del Norte considera la presencia de los bombarderos nucleares estadounidenses en la zona "una amenaza y una coacción" que pretende reproducir "un simulacro de ataque nuclear" sobre territorio norcoreano.

También a Japón

El miércoles, Pionyang ha amenazó con "una fuerte acción de respuesta militar" al despliegue de los B-52 y la semana pasado señaló que Japón "no será una excepción" si realiza un ataque nuclear preventivo. Ambas advertencias se engloban en una agresiva campaña de amenazas verbales que Corea del Norte inició hace dos semanas en respuesta tanto a los ejercicios militares de Seúl y Washington como a las nuevas sanciones impuestas sobre el país comunista por la ONU tras su última prueba nuclear de febrero.

EEUU ya desplegó en ediciones anteriores de sus maniobras anuales con Corea del Sur submarinos y bombarderos con capacidad nuclear, pero es la primera vez que ha anunciado este hecho abiertamente, lo que ha desatado la fuerte respuesta de Corea del Norte en pleno ambiente de tensión. Washington mantiene unos 28.500 efectivos militares en Corea del Sur, país al que se compromete a defender ante un hipotético ataque del militarizado régimen del Norte.

Alertas de ataque aéreo

Mientras critica los ejercicios militares de su vecino, Pionyang se encuentra también inmerso en sus propias maniobras. La televisión estatal KCTV ha anunciado esta madrugada que el régimen ha emitido alertas de ataque aéreo y ha ordenado al Ejército que tome medidas inmediatas, una acción que según Seúl corresponde a un simulacro como parte de las maniobras militares del país.

La cadena no ha aclarado si realmente el país espera un ataque, lo que, según expertos, indica que la acción de este jueves puede ser parte de las maniobras militares del país comunista, hipótesis avalada también por el Ejército de la vecina Corea del Sur. "El ejercicio puede ser en respuesta al anterior despliegue de un bombardero estadounidense B-52 (con capacidad nuclear) en Corea del Sur", ha apuntado bajo anonimato una autoridad del Ejército surcoreano a la agencia local Yonhap.

La autoría de los ciberataques a Seúl

Por otra parte, las autoridades surcoreanas han informado de que los ciberataques a emisoras de televisión y bancos de Corea del Sur provinieron de una dirección IP china y mantienen "fuertes sospechas" sobre la autoría de Corea del Norte.

La Comisión de Comunicaciones de Corea del Sur (KCC) citó una dirección de Protocolo de Internet (IP) ubicada en China como el origen del repentino apagón del miércoles en los ordenadores de las cadenas de televisión KBS, YTN y MBC y los bancos Shinhan, Jeju y Nonghyup. "Estamos considerando todas las posibilidades, con una fuerte sospecha de que Corea del Norte esté detrás del ciberataque", ha apuntado una fuente de presidencia.

Tras un análisis de códigos fuente, la KCC anunció que el incidente fue causado por códigos maliciosos y descartó los más habituales ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS).