El Parlamento israelí dio hoy su respaldo al nuevo Gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, por 68 votos a favor y 48 en contra, en una votación en voz alta y por orden alfabético.

La votación, en la que estuvieron ausentes varios diputados, tuvo lugar después de una sesión en la que el primer ministro repasó las líneas generales de su nuevo Gobierno y presentó a los 21 titulares que le acompañarán en su tercera legislatura al frente del Ejecutivo.

Netanyahu destacó en su discurso que este Gobierno deberá lidiar con "las amenazas más grandes" que Israel ha afrontado hasta ahora, terminología con la que suele referirse al programa nuclear iraní y a la posible transferencia a grupos terroristas de armas no convencionales del arsenal militar sirio.

Su máxima prioridad -dijo- será en ese sentido "proteger la seguridad del país y de sus ciudadanos".

A dos días de la llegada a la zona del presidente estadounidense, Barack Obama, Netanyahu también habló brevemente sobre el problema palestino, respecto al que subrayó que su Gobierno está dispuesto a un "compromiso histórico" a cambio de "una paz verdadera".

"Estamos dispuestos a negociar con un socio palestino honesto (...) y a un compromiso histórico que ponga fin al conflicto de una vez por todas", afirmó el primer ministro, que poco después de la votación juró su cargo por tercera vez.

Su breve repaso a los problemas regionales y de seguridad no eclipsó el verdadero mensaje de su discurso y la prioridad de su agenda de trabajo a partir de hoy: los asuntos sociales y económicos, por los que hicieron campaña dos de sus socios en el Gobierno: los partidos Habayit Hayehudí, de Nafatli Benet, y Yesh Atid, de Yair Lapid.

Netanyahu expresó su apoyo a los compromisos electorales de ambos en materia de un reparto más equitativo del servicio militar y de la reducción del coste de la vida, que castiga especialmente a la clase media.

"El pueblo espera (..) que incentivemos de forma significativa la participación en el servicio militar, que actuemos para reducir el coste de la vida, que bajemos el precio de la vivienda y subamos la oferta de viviendas", afirmó en un discurso televisado en el que no entró en demasiados detalles.

La sesión estuvo marcada por la sonada protesta que protagonizaron los seis diputados del partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Biblia, que al pronunciar Netanyahu el nombre de Benet le increparon con "Un judío no expulsa a otro judío" y "Un judío no boicotea (a otro)", mientras abandonaban la sala.

De esta forma protestaron por el pacto político con Benet y Lapid, que condicionó su entrada en el nuevo Gobierno a que los ultraortodoxos quedasen fuera del mismo, y a que el programa político incluyese una demanda clara en relación con la prestación del servicio militar por los jóvenes de este colectivo de creyentes.