Como juglar que es, el cómico Beppe Grillo, el líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que tiene en la mano la llave para hacer de Italia un país gobernable, está disfrutando de su momento. Ayer tras decir que el jefe del centroizquierda, Pierluigi Bersani, es "un muerto que camina", y asegurar que no le dará el voto de confianza, volvió a mezclar las cartas en el ya enmarañado plató de la política italiana. "El M5S no apoyará a nadie, pero sí votará a favor de leyes que reflejen su programa, sin importar quién las proponga", dando a entender que Italia sí tendrá Gobierno.

Cuarenta y ocho horas después de una cita electoral que puso en un brete a medio planeta, la salida de Grillo a la arena pública --intervención en la que que apareció tranquilo y habló de forma pausada, a diferencia de lo mostrado en la campaña electoral-- dejó claro que, pase lo que pase, va a seguir siendo el político díscolo de hasta ahora. Y lo hizo sin dejarse condicionar por lo que podría suceder en Italia sin un acuerdo entre él y el Partido Democrático (PD), es decir, las otras dos peligrosas opciones de salida de la crisis: un Gobierno técnico similar al de Mario Monti, pero más difícil de digerir para el país; o volver a las urnas, algo que amenaza con afectar a los mercados y arrastrar también a Europa. Todo evitable si hay pacto, ya que, sumadas las fuerzas del PD y M5S, estas llegan a 167 senadores, o sea, un número holgado para aprobar leyes en el Parlamento, ya que Bersani sí dispone de la mayoría en el Congreso.

Bersani no tardó en responder a las invectivas del cómico genovés. Solo instantes después de que Grillo publicara estas declaraciones en una entrada en su blog, divulgó un comunicado de prensa con el que le retó a decirle a la cara en el Parlamento todo lo que piensa. "Lo que Grillo tiene que decirme, incluidos los insultos, lo quiero escuchar en el Parlamento. Y allí, cada uno asumirá sus propias responsabilidades", afirmó Bersani, quien de momento apuesta por un acuerdo con el M5S y descarta aliarse con la derecha de Berlusconi.

PRECIO ALTO Este, por su parte, salió a la palestra para atajar lo antes posible la amenaza de la ingobernabilidad y advertir de que si esto no se lograba, existía el riesgo de que el país tuviera que pagar "un precio demasiado alto". "Ninguna fuerza política y responsable puede ignorar el valor de la gobernabilidad", dijo.

Así y todo, dos indicadores reflejaban la evidencia de la montaña rusa que afronta el país, indicadores que frecuentemente hacen temblar a la economía transalpina, pero que ayer vivieron momentos de quietud: la bolsa de Milán y la prima de riesgo del país. La primera abrió en positivo y cerró con una leve subida del 1,7% tras la resaca del martes, cuando perdió un 4,8%. Y con la prima de riesgo pasó algo parecido: subió, pero poco.

En verdad, en boca de los analistas, se entrevé el porqué del moderado optimismo de los mercados, como dijo Marco Lillo, uno de los más acreditados informadores del país. "No veo razones por las cuales Grillo y Bersani no deberían aliarse, muchas de sus propuestas coinciden", explicó el comentarista, al tiempo que agregaba que Italia no quería "asustar", sino ser un "país normal". Tanto que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, no alteró sus citas a raíz de la parálisis postelectoral. Partió el lunes hacia Alemania y solo regresará hoy a Italia.

Y eso que es a él a quien le tocará en las próximas horas asumir el papel de jugador de ajedrez en el complicado tablero italiano. Napolitano lo hará al convocar a los líderes de las fuerzas más votadas, lo que incluye también a Silvio Berlusconi, para intentar convencerles de que formen Gobierno. Será en ese momento cuando los mensajes contradictorios de Grillo pasen por su primera fuerza de fuego. Pues el primer acto del futuro Parlamento ha de ser justamente el voto de confianza y, sólo tras esto, la actividad del Parlamento puede empezar.

Las propuestas de Grillo y Bersani tienen puntos en común. Por ejemplo, se coincide sobre la llamadas medidas anti-Casta --entre otros, reducción a la mitad del número de los parlamentarios y una ley sobre el conflicto de intereses--, así como en la introducción de un subsidio de desocupación. Por eso, la gente de Grillo, esas personas que, al perder la esperanza en todo lo demás, han recurrido a él, le están pidiendo volver a la realidad. Como Viola Telli, una joven de 24 años, que lanzó una petición que circulaba ayer en internet e hizo furor. "Te he votado. Ahora dales la confianza. Confía en Italia", escribió.