El resultado de las elecciones italianas, tras el éxito de Silvio Berlusconi y Beppe Grillo con su rechazo a las políticas de austeridad impuestas por Alemania y la Comisión Europea, dejó ayer a la Unión Europea (UE) conmocionada. La prioridad desde las instituciones europeas y de los principales países de la eurozona fue instar a las fuerzas políticas italianas a llegar a un acuerdo para formar un Gobierno estable, que aleje el fantasma de ingobernabilidad de la tercera economía de la zona euro y el riesgo de nuevas tormentas financieras contra la deuda pública europea.

El presidente del Parlamento Europeo, el socialista Martin Schulz, fue el único dirigente de las instituciones europeas en reconocer el voto de castigo emitido por los italianos contra la política de austeridad a ultranza que se ha convertido desde hace varios años en el dogma económico sacrosanto de la UE.

"Tomamos nota de que hay un amplio voto de protesta contra la política de saneamiento presupuestario", señaló Schulz. "La gente está dispuesta a asumir sacrificios, pero no al precio de cueste lo que cueste", indicó Schulz. "Hay que combinar la disciplina presupuestaria y el rigor fiscal con el crecimiento y la lucha contra el paro, especialmente de los jóvenes", prosiguió el presidente de la Eurocámara. "Hay que escuchar la llamada de atención emitida a través de este voto", insistió Schulz.

En la misma línea, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) destacó que el voto italiano es una nueva advertencia a los dirigentes europeos, porque "mucha gente no comprende que la UE encuentre dinero para salvar los bancos, pero no para relanzar el crecimiento económico". Sin embargo, esta petición de reorientar la política económica europea con políticas de estímulo del crecimiento, reiterada ayer entre otros por el líder del grupo liberal de la Eurocámara, Guy Verhofstadt, cayó de momento en saco roto.

La Comisión Europea, brazo ejecutor de la política impuesta por Berlín y sus aliados, se encontraba en estado de shock , tras el rotundo fracaso de su opción política, el liberal y excomisario Mario Monti, y de su eventual alianza con el centroizquierda liderado por Luigi Bersani. El presidente de la Comisión Europea, el conservador José Manuel Durao Barroso, no emitió el tradicional mensaje de felicitación al ganador de las elecciones y dejó en manos de los portavoces explicar la posición de la institución. Pero el mensaje fue claro y sin rectificación: "Seguir con los ajustes y las reformas".

BRUSELAS EXIGE "Italia ha asumido compromisos ante la Comisión Europea y los otros estados de la UE sobre la reducción del déficit y de su deuda y sobre las reformas estructurales", señaló el portavoz del Ejecutivo comunitario. "Estos compromi-

Pasa a la página siguiente