Los trabajadores griegos se han declarado en huelga general, la primera del año, para protestar contra los recortes y la subida de impuestos decretados por el Gobierno en el marco de su política de austeridad.

Los dos sindicatos más importantes, que representan a cerca de 2,5 millones de personas, ADEDY y GSEE, han organizado una huelga de 24 horas contra las políticas de austeridad del Gobierno.

"La huelga de hoy supone un nuevo esfuerzo para deshacernos tanto de la operación de rescate como de aquellos que se aprovechan de la gente para generar miseria", ha indicado el secretario general del sindicato del sindicato del sector público ADEDY, Ilias Iliopoulos, que organiza los paros con su homólogo del sector privado GSEE. "Una revolución social está cerca", ha declarado Iliopoulos a la agencia de noticias Reuters.

La mayoría de la actividad empresarial y del sector público se ha detenido durante la huelga y ha sido secundada por profesores, trabajadores de la red de transporte público y banqueros, entre otros. Asimismo, los puertos y escuelas permanecerán cerrados y en los hospitales sólo habrá personal para emergencias.

El Gobierno de coalición del primer ministro, Antonis Samaras, se ha esforzado, durante los ochos meses que lleva en el poder, por demostrar que aplicará las reformas prometidas a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, que ya han rescatado a Atenas hasta en dos ocasiones por un valor de unos 200.000 millones de euros.

El Gobierno ha adoptado una dura estrategia ante los huelguistas, acudiendo, en este año dos veces, a las leyes para casos de emergencia para exigir a los marineros y a los trabajadores del metro que regresasen a sus puestos de trabajo, tras los largos paros semanales que paralizaron los servicios de transporte público en la capital, Atenas, y dieron lugar a escasez de alimentos en las islas.

Expectativas

Tras seis años de recesión y tres de austeridad, la tasa de desempleo se ha triplicado, generando un índice de par juvenil por encima del 60 por ciento. "Hay que luchar con uñas y dientes para proteger a la juventud", ha indicado Ioannis Alexiadis, un pensionista de 70 años que vive con 470 euros al mes.

"Estamos de rodillas. El país ha sido destruido, la gente joven ha sido destruida", ha afirmado Nikos Papageorgiou, un funcionario de 56 años. "Estoy escandalizado con los europeos y también con nuestros políticos. Deberían ir todos a la cárcel", ha añadido.

Una pancarta en la que podría leerse "no al euro" fue colgada en las vallas que protegen el Parlamento, lugar en el que se espera terminen las marchas a lo largo de este miércoles por la tarde.

Además, la visita del presidente francés, François Hollande, a Atenas ha pasado prácticamente desapercibida debido a la huelga de los periodistas griegos.

El pasado martes, el Ejecutivo griego anunció que no despediría a los casi 1.900 funcionarios, cuyos puestos de trabajo penden de un hilo, a pesar de haber prometido a los prestamistas extranjeros que reduciría la deuda pública.