Siria amenazó ayer con atacar a Israel como represalia por el presunto bombardeo que el Ejército israelí llevó a cabo en un centro de investigación militar en la zona de Jamraya, al noroeste de Damasco, a unos 15 kilómetros de la frontera con el Líbano, en el que murieron dos personas. Pero grupos rebeldes que luchan contra las fuerzas gubernamentales sirias se atribuyeron la operación y negaron la versión del régimen sirio, que informó de la incursión de cazas israelíes en su espacio aéreo a través de los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967.

El general Abdul-Aziz Jassem, que en diciembre desertó del Ejército sirio y huyó a Turquía, dijo a la agencia AP que el edificio supuestamente atacado por los israelíes era "uno de los centros más grandes y conocidos" para desarrollar armas, aunque no albergaba armas químicas o no convencionales.

Damasco envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU en la que recordaban "el derecho de Siria a defenderse, a defender su soberanía y su territorio". "Israel y los que lo protegen en el Consejo de Seguridad son totalmente responsables de las repercusiones de esta agresión", añadía la carta del ministerio de Exteriores sirio.

AMENAZA DE REPRESALIAS El embajador sirio en el Líbano, Ali Abdul-Karim Ali, amenazó con represalias contra Israel y aseguró que Damasco "cuenta con opciones y con la capacidad para atacar por sorpresa" y que responderá cuando lo crea conveniente. El ministerio de Exteriores sirio presentó una queja al general Iqbal Singh Singha, el jefe de la misión de la Fuerza de la ONU de Observación de la Separación (Undof) en los Altos del Golán --establecida en 1974 para mantener el alto el fuego entre Israel y Siria--, para protestar contra el ataque israelí.

La versión del régimen del presidente sirio, Bashar el Asad, no fue confirmada ni por Israel ni por ninguna fuente occidental, pero en cambio, altos cargos de EEUU confirmaron que Israel lanzó un ataque aéreo antes de ayer dentro de Siria, aunque el objetivo del bombardeo no fue el centro de investigación del que hablaba el Gobierno sirio.

Cazas israelíes habrían destruido, según las fuentes de EEUU, un convoy con armas potentes para la milicia libanesa Hizbulá, afín al régimen de Asad y a Irán, que ayer advirtió a Israel de que sufriría "graves consecuencias" por haber atacado a Siria.

ATAQUE EN LA FRONTERA El Ejército libanés denunció el miércoles que aviones israelíes habían violado su espacio aéreo y lanzado un ataque en la frontera entre el Líbano y Siria, pero el Ejército israelí no confirmó ni desmintió los ataques. No obstante, una fuente próxima al primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, insinuó que Israel podría llevar a cabo operaciones de este tipo en el futuro. El Gobierno israelí ha mostrado su preocupación en las últimas semanas por la posibilidad de que armas químicas sirias caigan en manos de Hizbulá.

El presunto ataque israelí en Siria provocó una "gran preocupación" en Moscú. "Si esta acción se confirma, significa que nos enfrentamos a ataques sin ningún pretexto en el territorio de un Estado soberano, lo cual infringe la carta de Naciones Unidas y es inaceptable, sea cual sea el motivo", indicó el ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

El secretario general de la Liga Arabe, Nabil el Arabi condenó el ataque y lo calificó de "agresión flagrante contra la soberanía de un país árabe". El Arabi llamó a la intervención de la comunidad internacional a la que acusó de haberse mantenido en silencio en bombardeos previos de Israel contra Siria.