El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha sostenido este miércoles que, a pesar de la oposición del Partido Republicano en el Congreso, es posible alcanzar un acuerdo sobre la reforma migratoria en la primera mitad 2013.

"Los congresistas han dicho que les gustaría tener una ley migratoria para marzo y yo creo que es un tiempo razonable, que puede hacerse en la primera mitad del año", ha dicho, en una entrevista concedida a la cadena Telemundo, que se transmitirá íntegramente el próximo domingo.

Interrogado sobre la certeza del calendario, Obama ha contestado: "Obviamente, no puedo estar cien por cien seguro, porque si fuera un problema que yo pudiera resolver unilateralmente ya lo habría hecho, pero las cosas no funcionan así".

Así, ha explicado que es necesario que republicanos y demócratas lleguen a un acuerdo en el Congreso que, después, y en caso de estar conforme, él sancionará para que se convierta en norma jurídica y pueda desplegar sus efectos.

A este respecto, ha expresado su disposición a reunirse "con cualquiera, en cualquier momento para que esto ocurra", aunque ha insistido en que "los miembros del congreso prefieren reunirse entre ellos mismos para reforzar la confianza entre republicanos y demócratas".

Obama ha defendido la necesidad de llevar a cabo una "reforma integral" en materia migratoria "para asegurarnos de que, una vez ratificada por el Congreso, tenemos una ruta hacia la ciudadanía estadounidense".

El mandatario ha argumentado que hasta ahora se ha conseguido hacer una reforma para los 'dreamers', "porque se les ha podido identificar como un grupo que no está implicado en delitos, que estudia, que trabaja, que hace las cosas bien", al tiempo que ha subrayado que "hay muchas personas que quedan atrapadas por el sistema".

"La mayoría de las personas que son deportadas forzosamente son criminales, esto es algo que antes no sucedía, pero también hay casos distintos y eso nos rompe el corazón", ha apuntado.

Obama prometió impulsar una reforma migratoria en la campaña electoral de 2008, pero, ya como presidente, no pudo cumplirlo --según explicó-- por la oposición de los congresistas republicanos. En la campaña electoral de 2012, renovó su promesa, advirtiendo de que enfrentaría la parálisis legislativa.