El Ministerio de Exteriores y Expatriados de Siria ha enviado dos cartas idénticas al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y al secretario general del organismo internacional, Ban Ki Moon, para acusar al Frente al Nusra --grupo insurgente con vínculos con la organización terrorista Al Qaeda-- de la ejecución de al menos 65 varones en el barrio de Bustan al Qasr, en Alepo (norte).

"El grupo armado Frente al Nusra perpetró una nueva masacre el martes en Alepo. Los terroristas llevaron a cabo una ejecución en masa de decenas de civiles secuestrados antes de lanzar sus cuerpos al río Quweik", ha indicado el ministerio en las misivas, según ha recogido la agencia estatal siria, SANA.

Asimismo, ha agregado que "las autoridades competentes y las familias están recabando pruebas de esta nueva masacre", aunque ha resaltado que "los hechos indican que los cadáveres fueron encontrados en una zona donde los terroristas están presentes y donde el Ejército no está desplegado".

En este sentido, ha destacado que las autoridades colocaron alambre de espino en el cauce del río para separar la región de los centros del Ejército, al tiempo que ha valorado que el nivel de agua en el río es muy bajo y que está estancado, por lo que ha descartado que la corriente hubiera podido arrastrar los cadáveres río abajo.

Estos argumentos fueron publicados el martes por la agencia estatal siria antes de que el Gobierno se pronunciara sobre la nueva masacre, respuesta que ha llegado a través de las dos misivas enviadas a Naciones Unidas.

El ministerio ha puntualizado que uno de los "terroristas" que fue detenido por las fuerzas de seguridad tras la masacre ha dicho que "el Frente al Nusra está perpetrando sus crímenes antes de los encuentros del Consejo de Seguridad de la ONU para volver a la opinión nacional e internacional contra Siria".

Por otra parte, ha manifestado que "las familias (de los fallecidos) han subrayado que el Frente al Nusra les secuestró por su rechazo a cooperar con el grupo terrorista".

"Siria, que comunica los hechos de esta atroz masacre al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pide al organismo una vez más que asuma sus responsabilidades y emita una declaración de condena clara y sincera contra los actos terroristas contra inocentes", ha apuntado Damasco.

Asimismo, ha solicitado al Consejo de Seguridad que "condene a los responsables (de la masacre) y a los que les entregan armas, equipamiento, dinero, cobijo, cobertura política y mediática, animándoles a continuar sus crímenes para desestabilizar el Estado".

Por último, ha destacado que "la obstrucción de algunos estados miembros del Consejo de Seguridad para evitar que se emita una declaración de condena, como ha pasado en anteriores situaciones, significa dar cobertura política a los terroristas, animándoles a continuar sus atrocidades".

El frente al Nusra

En diciembre, el Gobierno de Estados Unidos incluyó al grupo armado islamista en la lista de grupos terroristas extranjeros y denunció que esta organización está intentando "secuestrar" la rebelión contra el Gobierno de Bashar al Assad en favor de los intereses de Al Qaeda en Irak (AQI).

Según las autoridades estadounidenses, el Frente al Nusra ha reivindicado más de 600 ataques en varias ciudades importantes del país que han causado la muerte de numerosas personas inocentes.

El grupo islamista nació en 2011, al calor de las protestas contra el presidente sirio y se manifestó por primera vez el 23 de enero de 2012 a través de un comunicado del que entonces era su líder, Abu Mohamed al Julani, en el que hizo un llamamiento a la "guerra santa" contra el Gobierno sirio.

A mediados de enero, la Fundación Quilliam, un 'think tank' británico especializado en materia antiterrorista, manifestó que el Frente al Nusra se ha convertido en la facción con mayor efectividad en sus ataques contra las fuerzas de seguridad y ha cifrado en 5.000 el número de combatientes que integran sus filas.

El grupo está liderado desde mediados de diciembre por el jordano Mustafa Abdelatif Salé, cuñado del fallecido jefe y fundador de AQI, Abu Musab Zarqawi, que murió en 2006 en un ataque ejecutado por un avión no tripulado estadounidense.

El Gobierno sirio ha argumentado desde el inicio de la revuelta contra Al Assad que los grupos armados que combatían contra las fuerzas de seguridad estaban configurados por células terroristas que reciben el respaldo de países de la región y de Al Qaeda.