Decenas de hombres armados han perpetrado dos ataques en la zona norte de Nigeria que se han cobrado la vida de al menos cinco policías, lo que pone en duda la vigencia del alto el fuego declarado hace días por un supuesto comandante islamista.

Unos 60 milicianos se han desplegado en la zona de Birnin Gwari, en el estado de Kaduna, para asaltar un centro policial y oficinas de las entidades financieras Ecobank y First Bank. Tres miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en estos ataques, en las que se han utilizado lanzagranadas y rifles de asalto.

Otros dos agentes han perdido la vida por otro ataque ocurrido en Bunkure, cerca de la principal ciudad de la parte septentrional de Nigeria, Kano. Supuestos islamistas montados en motocicletas han lanzado varios artefactos contra una comisaría y han provocado su incendio.

El comisario de la Policía en este estado, Olufemi Adenaike, que estaba presente en el ataque de Birnin Gwari, ha informado de la muerte de un civil durante una redada posterior.

Adenaike no ha querido señalar como responsables de estos sucesos a la secta islamista Boko Haram, ni tampoco a bandas criminales locales. Sin embargo, testigos presenciales han dado por hecho que los autores son islamistas.

El supuesto comandante islamista Abu Mohammed Ibn Abdulazeez dijo hace días hablar en nombre del líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, y anunció un alto el fuego unilateral por parte del grupo radical. Instó a los milicianos de este grupo a poner fin a los ataques que, desde 2009, han causado cientos de muertos.