Elissandro Callegaro Spohr y Mauro Hoffmann, dos de los propietarios de la discoteca Kiss en la que el pasado fin de semana murieron 231 personas en un incendio y que se encuentran detenidos, eran viejos conocidos de la Policía brasileña, que les tenía fichados, según informa este martes 'O Globo'.

Según el diario, que ha consultado en distintos archivos oficiales, Sphor había sido acusado previamente de agredir a clientes en dos ocasiones y de estar implicado en un accidente de tráfico con lesión culposa, mientras que Hoffmann es sospechoso de estafa.

Este lunes, el Defensor Público de Rio Grande do Sul, donde se encuentra la localidad de Santa María en la que tuvo lugar la tragedia durante un concierto, solicitó el bloqueo de los bienes de los dos empresarios ante el juez Jorge Afif. Horas después, el magistrado aceptó la solicitud y cursó el bloqueo de los bienes.

La medida cautelar fue solicitada ante la magnitud del incendio, el número de víctimas y por la conducta de los dos propietarios, que no se presentaron inmediatamente ante la Policía. "Estamos actuando para garantizar las acciones indemnizatorias futuras", ha señalado el defensor público estatal, Nilton Arnecke Maria.

Según adelantó, este organismo presentará una solicitud de indemnización colectiva en los próximos días para que se compense a las víctimas por los daños.

El incendio comenzó a las 2.30 horas del domingo a causa de un espectáculo pirotécnico que hizo arder el material para el aislamiento acústico de la discoteca, donde se estaba celebrando una fiesta de estudiantes de la Universidad Federal de Santa María (UFSM).

En el momento de la tragedia, entre 300 y 400 personas se encontraban en la discoteca, según la última revisión del aforo, pero muchos de ellos no lograron salir por la única salida de emergencia, por lo que la avalancha humana provocada por el pánico fue fatal.

Los bomberos se vieron obligados a abrir un agujero en una de las paredes de la discoteca para sacar a los asistentes. Sin embargo, hasta bien entrada la mañana no se supo el número definitivo de víctimas debido a lo complejo de la operación de rescate.

Como consecuencia de ello, 231 personas han muerto, en su mayoría estudiantes universitarios, y 121 han resultado heridas, de las cuales el 80 por ciento padece intoxicación por humo y el 20 por ciento restante presenta quemaderas graves.

Situación de los heridos

Según ha informado este martes el ministro de Salud brasileño, Alexandre Padilha, todavía hay 118 heridos hospitalizados en los hospitales de Santa María y también en Porto Alegre, de los cuales 75 se encuentran en estado crítico y con riesgo inmediato de muerte.

"Nuestra mayor preocupación ahora son estos 75 pacientes que están en situación crítica y que podrían evolucionar a muerte", ha reconocido el ministro. Entre estos heridos, 20 de ellos presentan quemaduras sufridas durante el incendio y la mayoría de ellos ya han sido trasladados a Porto Alegre.

Pese a estas circunstancias, Padilha ha destacado que "han pasado 54 horas sin que haya habido ningún muerto" entre los heridos hospitalizados.